Tener una mascota está comprobado que trae grandes beneficios a la salud, pero recientes estudios han comprobado las repercusiones en el cerebro que trae el convivir con un gato.
Particularmente la Universidad de Agricultura de Tokio presentó recientemente un estudio sobre cómo los gatos ejercen una influencia directa y beneficiosa en la vida de las personas, no solo a nivel anímico y emocional, sino también a nivel neurológico.
¿Cuáles son los beneficios al cerebro que te otorga tu gato?
- Reducción del estrés. Acariciar gatos reduce los niveles de cortisol (hormona relacionada con el estrés). Se cree, también, que el contacto físico con gatos incrementa en humanos la producción de ondas tetha cerebrales, que habitualmente se producen en estados de relajación y calma profunda.
- Terapia para personas con autismo. El contacto físico con las mascotas incrementa los niveles de oxitocina, una hormona que está vinculada con el establecimiento de relaciones sociales. Un estudio encontró niveles menores de oxitocina en sangre en niños autistas. Se ha comprobado que el incremento de niveles de oxitocina en autistas disminuye las conductas repetitivas y mejora la habilidad de evaluar el significado emotivo de la entonación al hablar. Por otra parte, otro estudio reveló que los niños con autismo que tenían mascota se sentían más tranquilos y se relacionaban con mayor facilidad.
- Emociones positivas. Una encuesta realizada a 7 mil personas en 2015 indicó que ver vídeos o fotografías de gatos suponía un incremento en las emociones positivas (felicidad, esperanza…) de la persona que los visualizaba, así como un aumento de sus niveles de energía.
- Protegen el corazón. Convivir con mascotas se ha asociado con la disminución del estrés, la reducción de la presión sanguínea y, por lo tanto, menor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Un estudio realizado en 2009 en el que hubo más de 4 mil participantes que habían tenido o tenían actualmente mascota (perros y/o gatos), reveló que las personas que habían convivido con gatos tenían menor riesgo de sufrir infarto de miocardio que los que no vivían con felinos.
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Reducción en enfermedades mentales
Una encuesta realizada en 2011 a 600 personas, de las cuales la mitad padecían en ese momento un problema de salud mental, reveló que el 87 por ciento sentía que tener gato tenía un impacto positivo en su vida y el 75 por ciento sobrellevaba mejor el día a día gracias a la compañía de su gato.
¿A qué se deben estos beneficios?
La investigación de la Universidad de Tokio se ha centrado en las interacciones habituales con gatos, como acariciarlos, jugar con ellos, e incluso alimentarlos, algo que cualquiera que convive con uno de ellos, disfruta a diario, y ha demostrado que estos simples actos activan la corteza prefrontal del cerebro.
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Lo anterior es importante porque esta área del cerebro es la que está vinculada con funciones complejas como el juicio, la planificación y la regulación de emociones.
Lo más interesante que encontraron los investigadores es que, independientemente del tipo de actividad (ya sea jugando, alimentando o entrenando), los gatos tienen la capacidad de ser catalizadores para la mejora de funciones cerebrales importantes.
O, en otras palabras, que se convierten en parte integral de un estilo de vida saludable y consciente, gracias a que los gatos, a través de su sola presencia y las interacciones que tienen con los humanos, pueden mejorar estas funciones.
A la vez, estas funciones tienen implicaciones directas en la capacidad de las personas para manejar el estrés y mejorar la concentración, por solo citar algunos ejemplos.