Los gatos domésticos, al igual que los felinos salvajes, tienen un amplio rango de colores y patrones en el pelaje, pues sus matices pueden ir del naranja al negro, pasando por el gris azulado, pero el tono más raro encontrado en estos animales domésticos es el blanco, por lo que te presentamos cinco datos curiosos al respecto.
El blanco no es un color
Al haberse desarrollado por miles de años para ser cazadores, todos los gatos tienen tonos de pelo con color, lo cual les permitiría camuflarse con su entorno y cazar, pero la presencia de los genes S, el cual causa manchas blancas, y el W, que oculta su color verdadero, hacen que el pigmento desaparezca en los animales con mutaciones genéticas.
Sordera
A pesar de que no todos los gatos blancos son sordos, sí tienen cuatro veces más posibilidades de serlo, esto es también culpa de las mutaciones genéticas que sufren al ser concebidos. En la antigüedad se les reconocía por su personalidad calmada ante cualquier situación, pero posteriormente se descubrió que dicha actitud se daba por no poder escuchar.
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Heterocromia
Los gatos blancos tienen más posibilidades de tener cada ojo de diferente color, pues los genes que ocultan sus colores verdaderos también pueden actuar en sus ojos, lo cual, ante el ojo humano, hace parecer que son azules, pero en realidad es la luz de todos los tonos que se refleja, por lo que es común que tengan uno de este matiz y otro café, verde o amarillo.
Provienen de Medio Oriente
Cuando los primeros comerciantes de Medio Oriente llegaron a Europa, sus clientes se maravillaron con el color de los gatos blancos que los árabes, persas y turcos traían en sus barcos, por lo que se empezaron a vender a un alto precio debido a la rareza y alta demanda de estos animales domésticos.
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No son albinos
A pesar de ser totalmente blancos en el pelaje, los gatos blancos presentan lunares o coloración en la piel de alguna parte de su cuerpo, a pesar de que esté cubierta por el pelo, mientras que aquéllos que son albinos, presentan características especiales, como un color de ojos rojizo o azul pálido, así como piel rosa, además de ser más sensibles a la luz del sol.