Para Octavio Paz Mixcoac fue más que el lugar donde vivió su infancia y adolescencia, fue más que la casa de su abuelo, fue el lugar donde gran parte de lo que conocimos del poeta y escritor se gestó por la vivencia de ese pueblo, ahora convertido en una colonia.
Aunque no nació en Míxcoac, este lugar de la Ciudad de México, cuyo aire campirano y pueblerino de principios del siglo XX, contrasta con el bullicio de su acelerada vida moderna, fue de gran importancia para el poeta.
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Mixcoac es un referente importante actualmente de la Ciudad de México, ya que su historia encierra diferentes etapas de la evolución: desde los orígenes prehispánicos en la periferia de la gran México-Tenochtitlan, su relevancia en el siglo XIX por tener su propia municipalidad y vida política local, hasta lo que es hoy en día, un barrio de contrastes.
El pueblo de Mixcoac era vista por las élites porfirianas como una villa de descanso por su clima, tranquilidad, humedad y aire de pueblo, un remanso para la vibrante vida urbana del centro de la ciudad.
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¿Cuándo llega Octavio Paz a Mixcoac?
La relación entre Mixcoac y Octavio Paz comienza en 1914, cuando el poeta, aún un bebé, llega con su madre a vivir a este pueblo.
Ahí pasó desde 1914 hasta 1937 y a los 23 años lo dejó para realizar su primer viaje internacional a España, de la mano de quien era su pareja en ese entonces, Elena Garro.
“Mixcoac era para Paz, por tanto, antes de salir de ahí, los espacios de la libertad, del descubrimiento, de su contacto con el cielo, el agua, la lluvia, el aire, la vida local, los vecinos, las culturas, etcétera, toda la base que esto significó para él en su pensamiento en los años venideros, por el resto de su vida... No hay que olvidar que en su discurso de Premio Nobel de Literatura, Paz habló de Mixcoac”, dijo Héctor Mendoza, investigador del Instituto de Geografía Social de la UNAM.
Un entorno de inspiración
Octavio Paz, ganador del Premio Nobel de Literatura 1990, llegó a Mixcoac porque los sucesos de la revolución obligaron a su familia a alojarse fuera de la Ciudad de México, en la casa de campo del abuelo paterno Ireneo Paz.
Cuenta el poeta quien falleció el 19 de abril de 1998, que fue su abuelo, la figura masculina más importante durante sus primeros años, además, fue en su biblioteca donde tuvo contacto real con la literatura, ya que como él mismo cuenta estaba junto a un jardín, lo que llamó dos mundos frente a frente.
En aquel tiempo, el pueblo de Mixcoac tenía casa del siglo XVIII y del XIX con grandes jardines, ya que en el pasado el lugar había sido el lugar de recreó de la burguesía de la Ciudad de México.
Es una casa donde ahora, en la Plaza Valentín Gómez Farías en San Juan Mixcoac, es un convento de la Orden de las Dominicas.
Para Octavio Paz, Mixcoac fue más que el lugar de su infancia, fue un sitio de descubrimiento.