Un equipo de científicos intentó cumplir la última petición que dejó Ludwig van Beethoven antes de su muerte, y que está relacionado con su sordera.
En 1802, Beethoven le pidió a su médico J.A. Schmidt, que tras su muerte, describiera públicamente su progresiva pérdida de audición y sus problemas gastrointestinales para que "en la medida de lo posible, al menos el mundo se reconciliara con él".
A más de dos siglos de su deceso (y que su muerte siempre fue un misterio) un gran equipo de científicos pertenecientes a distintas academias prestigiosas, analizaron 5 mechones de cabello del músico para descifrar este misterio.
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Aunque no se encontró explicación a su repentina pérdida del oído—y que además fue progresivo—sí se concluyó que el pianista tenía predisposición genética a las enfermedades hepáticas.
Además, los expertos intentaron buscar el posible origen genético de las dolencias gastrointestinales crónicas de Beethoven y de la grave enfermedad hepática (posiblemente cirrosis) que culminó con su muerte en 1827, a los 56 años.
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El ADN no halló respuesta a ninguno de estos problemas de salud, pero descubrió factores genéticos de enfermedad hepática y pruebas de que había sufrido una infección por el virus de la hepatitis B en los meses previos a su muerte que se vieron agravados por alcohol y el riesgo genético del compositor.
"Nuestro objetivo era arrojar luz sobre los problemas de salud de Beethoven, entre los que se encuentra la pérdida progresiva de audición, que comenzó a mediados o finales de sus 20 años y le llevó a la sordera funcional en 1818", explicó Johannes Krause, del Instituto Max Planck.
Sordera y vibración
Aunque la mayoría de fuentes apuntan a que su consumo de alcohol era moderado para los estándares vieneses de principios del siglo XIX, es probable que alcanzara cantidades que hoy en día se sabe que son perjudiciales para el hígado.
Respecto a la pérdida de audición, el análisis de ADN no logró identificar una base genética clara, aunque los investigadores advierten de que el estudio no es suficiente para descartar esta hipótesis.
Un caso extraparental
El ADN de Beethoven guardaba otra sorpresa: Su cromosoma 'Y' no coincide con el de ninguno de los cinco parientes actuales que llevan su apellido, según los registros genealógicos de un antepasado común paterno.
Es decir, en algún momento de las generaciones por parte del padre de Beethoven hubo un "acontecimiento" extramatrimonial, concluye el estudio.
"Este hallazgo sugiere un acontecimiento de paternidad extraparental en su línea paterna entre la concepción de Hendrik van Beethoven en Kampenhout (Bélgica) hacia 1572 y la concepción de Ludwig van Beethoven siete generaciones más tarde, en 1770, en Bonn (Alemania)", concluye Begg. Con información de EFE.