SIESTA

El poder de la siesta

La NASA fue pionera en esas investigaciones cuando identificó el significativo aumento en el índice de atención que presentaban los pilotos solo con practicar ese sencillo hábito

Siesta / Ilustración
Siesta / IlustraciónCréditos: Pixabay
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13 Feb 23 - El poder de la siesta

Cuando Sara era una niña, solía pasar algunas semanas del verano con sus abuelos en una importante ciudad del sureste de México. Una de las costumbres que siempre llamó su atención en esos periodos vacacionales, era la manera en la que la vida parecía detenerse en la calurosa capital provinciana entre las dos y las cuatro de la tarde.

Acostumbrada al ritmo intenso de la Ciudad de México, Sara no entendía que todo cerrara y la actividad comercial se detuviera durante dos horas todos los días.

Es el espacio de la comida y de la siesta, le explicaba su abuela, que entornaba las persianas de su casa e invitaba a la pequeña a recostarse un rato después de comer.

A pesar de la extrañeza que esto le causaba, Sara disfrutaba esos periodos de descanso que le permitían, después, aprovechar plenamente la tarde en juegos y paseos animosos.

Mucho tiempo ha pasado desde entonces- Sara estudió medicina, se especializó en Neurología y en los procesos del sueño, y se convirtió en una ferviente defensora de la rutina de la siesta.

Actualmente, es una mujer de más de 60 años que goza de buena salud y que no se cansa de recomendar a sus familiares y pacientes que hagan diariamente un alto en sus actividades, en las primeras horas de la tarde, para tomar un descanso de entre 20 y 30 minutos.

¿Y tú, acostumbras hacer una siesta durante el día? ¿Qué piensas de esa práctica?

Te cuento que desde la década de 1990 muchas empresas importantes comenzaron a percibir la necesidad de que sus trabajadores pudieran dormir una pequeña siesta en el inicio de la tarde. La NASA fue pionera en esas investigaciones cuando identificó el significativo aumento en el índice de atención que presentaban los pilotos solo con practicar ese sencillo hábito.

Múltiples estudios han demostrado que la siesta genera un alto número de beneficios: Tiene un efecto cardioprotector, afina los reflejos, estimula la creatividad, disminuye el estrés y la ansiedad, controla la fatiga, repara el sistema inmunológico y mejora el estado de ánimo. Sin embargo, en el mundo moderno, la siesta vespertina tiene que luchar contra varios prejuicios.

Se le ve como una costumbre de gente perezosa o se piensa que solo es benéfica para los bebés y las personas mayores.  En realidad, no es así.

Investigadores como la Dra Sara Mednik de la Universidad de California, afirman que estamos diseñados para cumplir con un patrón de sueño bifácico. Es decir, con un episodio largo y continuado de sueño durante la noche y uno corto en el inicio de la tarde.

Recomiendan, sin embargo, cuidar las características de ese periodo de sueño vespertino. Debe durar entre 20 y 30 minutos, de modo que no caigamos en un sueño profundo que dificulte continuar nuestras tareas. El horario más adecuado es entre la una y las cuatro de la tarde, para que no altere el ritmo del sueño nocturno.

Cualquier espacio cómodo funciona, no es indispensable estar acostado, podemos usar una silla o sillón confortables. Aunque no logremos conciliar el sueño, el hecho de cerrar los ojos y relajarnos ya representa una práctica sanadora. Piensa que el tiempo de la siesta es un momento para ti, que te permite recuperar la energía y el buen humor.

Te invito a que intentes llevar una vida más relajada y dormir como la naturaleza del cuerpo reclama.  

Siesta / Ilustración / Pixabay