Era la mañana del 9 de diciembre de 2005 y los televidentes asistíamos a la transmisión en directo del operativo policiaco en el rancho Las Chinitas, en el pueblo de Topilejo, al sur de la ciudad de México. Con una narrativa grandilocuente, el reportero Pablo Reinah junto con el titular del noticiero matutino estelar de Televisa, Carlos Loret de Mola, daban cuenta de la detención de los supuestos secuestradores: el mexicano Israel Vallarta, alias “el Cáncer” y la francesa Florence Marie Louise Cassez Crepin alias “la francesa” pertenecientes a una banda delictiva “Los Zodiaco”. Todo lo que vimos, lo que la relatoría del entonces secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna – quien hoy pugna una pena de 38 años en una cárcel en Colorado por sus nexos con el narcotráfico– al poco tiempo, supimos que se trató de un montaje, una especie de reality show policiaco.
Conforme pasaron los meses y los años comenzamos a conocer las piezas y sus involucrados en este complejo, cínico, impune y violador de los Derechos Humanos de sus víctimas: Los hermanos Vallarta y Cassez, mientras el artífice operativo de este montaje: Luis Carlos Palomino, quien fuera director de la Agencia Federal de investigación (AFI) y mano derecha del secretario García Luna se encargaría de las torturas, la presentación mediática y contactar a los reporteros y titulares de las dos principales televisoras para llevar a cabo aquella farsa que tuvo 8 años detenida a Florance Cassez tras una contundente intervención de las autoridades y el propio gobierno francés encabezado por el presidente Nicolas Sarkozy, manteniendo una tensa relación con México, incluso cancelando el Año de México en Francia en aquel 2011 cuando el gobierno mexicano había sentenciado a 60 años Cassez, aun cuando estaban las evidencias, los testimonios en medios de comunicación de la tortura y el montaje por parte de Palomino.
El gobierno de Vicente Fox le heredó a Felipe Calderón el conflicto del montaje, las prácticas de tortura y fabricación de delitos a los que el entonces secretario de Seguridad estaba acostumbrado a realizar, solapar y promover junto con su director de la AFI Palomino. Porque éste no fue el único caso mediático y grotesco de impunidad y violación a los Derechos Humanos, hay que recordar a Isabel Miranda y el “Caso Wallace” que -a diferencia de Israel Vallarta– ella desapareció sin que enfrentara la justicia por tortura, fabricación de culpables y falsedad de declaraciones.
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En la madrugada del 31 de julio y los primero minutos del día 1 de agosto de este 2025, es decir, casi 20 años después de su detención y encarcelamiento en el Penal del Altiplano, la titular del juzgado Tercero de Distrito en Materia Penal con sede en Toluca, dictó sentencia absolutoria para Israel Vallarta debido a que los delitos que se le imputaban: asociación delictuosa, secuestro, posesión de armas de uso exclusivo del Ejército y privación ilegal de la libertad no pudieron ser demostrados ni durante estos 19 años y 8 meses no pudieron demostrarse tales cargos, además de haber sido víctima de tortura para obtener declaraciones falsas, pruebas sin fundamentos y violación a los Derechos Humanos. Finalmente, el pasado viernes 1 de agosto sale libre con 55 años de edad y una salud débil y mermada su condición física y emocional, recupera la libertad, tras un largo, complejo y corrupto sistema judicial que demuestra una vez más, lo imperante que era su reforma, los más de mil casos como el suyo que están en espera de una sentencia absolutoria. Y como el propio Israel Vallarta dijera en su momento: “Me mantengo en pie para sacar a flote la verdad, no mi verdad sino la verdad”.
Su liberación es el comienzo de un nuevo camino por conocer esa verdad del sistema judicial y jurídico en nuestro país, donde la impunidad a los responsables y la injusticia las víctimas no sigan siendo las maneras de impartir paz, sentencias y legalidad.
Abramos la discusión: @salmazan71
