OPINIÓN SERGIO ALMAZÁN

La democracia de caminar

Actualmente, en los proyectos y propuestas de políticas públicas sobre movilidad y seguridad vial que plantean en las instituciones responsables el peatón no es prioritario.

Peatones en la Ciudad de México.
Peatones en la Ciudad de México.Créditos: Cuartoscuro
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En la historia urbana de la Ciudad de México, dos calzadas marcan la traza: Iztapalapa (de sur a norte) y de oriente a poniente Tlacopan (Tacuba) con sus respectivos ensanchamientos o prolongaciones definieron por varios siglos los hitos de movilidad a pie de los antiguos habitantes mexicas y más tarde, de los españoles que definieron la nueva metrópolis tomando como eje las dos transitadas avenidas. 

Andar por las calles de la ciudad se convirtió en una cotidiana actividad que marcó la vida de los habitantes de la urbe virreinal que, a pesar de sus metamorfosis, los espacios destinados a los peatones eran primordiales como los soportales, las calles arboladas, los paseos con sus descansos y sitios de entretenimiento y socialización. Junto a las construcciones palaciegas, estaban los senderos para transeúntes, donde se compartía la vida y la actividad económica y de castas. Las calles eran el escenario democrático, caminar era lo común y cotidiano, el acto de encuentro y noticias, de socialización y politización. Las y los peatones tenían su sitio en la calle, su espacio y su territorio que la modernización e industrialización tecnológica desplazó el acto de andar por las calles y limitando a un 30% del espacio público donde hoy día arriesgamos la vida quienes usamos como medio de movilidad caminar.

Actualmente, en los proyectos y propuestas de políticas públicas sobre movilidad y seguridad vial que plantean en las instituciones responsables el peatón no es prioritario. Basta con revisar las estadísticas de accidentes viales y los transeúntes ocupan el primer lugar en lesiones provocadas por un automovilista, seguido de los motociclistas. De acuerdo, con el informe de la Organización Mundial para la Salud (OMS) la capital del país se encuentra con el 50% de rezago en la reducción de muertes de viales y 70% de infraestructura de movilidad incluyente en las calles para personas débiles visuales, ciegas o debilidad auditiva o motora, lo que deriva en la muerte de 12 peatones al mes en la ciudad y a nivel nacional hay 16 mil decesos anuales por causas derivadas de accidentes viales.

Este domingo 17 de agosto es el Día Mundial del Peatón, fecha que promueve la OMS para comprometer a los países con políticas públicas que garanticen la movilidad sin riesgos de las personas en la calle, porque en el mundo, cada 23 segundos muere una persona por un accidente vial; al año 50 millones de personas sufren traumatismos no mortales, dejando secuelas de discapacidad permanente. Por ello, es importante que las políticas públicas que se promuevan sean desalentando la corrupción, la mentira o la falsedad de habilidades para la obtención de un carnet de conducir, reforzando y supervisando que aquellas personas que lo solicitan reúnan los requisitos de un buen conductor: conozca el reglamento, sepa manejar el auto, apruebe un examen de aptitudes y capacidades sicomotoras y no tenga problemas de alcoholismo. Una licencia permanente, es un riesgo para los peatones.

Otro de los rezagos que presentan las políticas de movilidad es hacer de las calles espacios seguros, bien señalados, con banquetas pavimentadas y alumbrados, cruceros con señalética visible y semáforos que funciones. Replantear el espacio público con perspectiva de género, que sean espacios donde mujeres, niñas y niños, adultos mayores y personas con movilidad limitada puedan transitar sin correr el riesgo de accidentes. 

Volvamos a ser los personajes peatones de las calles, reconquistemos el espacio público, porque no hay acto más democrático que caminar…

Abramos la discusión: @salmazan71