Ayer sábado, el Eje Central del centro de la Ciudad de México estaba lleno, como suele ocurrir. De pronto, una decena de policías comenzó a agilizar el tránsito y una caravana de vehículos cruzó la avenida a toda velocidad. Entre ellos, me pareció distinguir una ambulancia. Supongo —sin tener certeza— que se trataba de la presidenta Sheinbaum, que venía de un evento privado. Horas antes, algunos militares se habían apostado en el edificio al que acudiría la mandataria. No tengo confirmación, mis fuentes no quisieron dar más detalles.
No hay crítica en lo que digo. En un país donde el crimen organizado ha puesto en jaque al Estado, la presidenta debe estar protegida. El pueblo, por mucho que la quiera, no puede cuidarla de delincuentes que cuentan con recursos, logística y tecnología de guerra. Aquella frase de un expresidente, “el pueblo me cuida”, suena hueca frente a la metralla de los criminales.
Sheinbaum preside uno de los países más grandes y complejos del mundo. Su seguridad es un asunto de Estado. Por eso, no tiene sentido que viaje en vuelos comerciales, sobre todo al extranjero. Entiendo que quiera proyectar una imagen de austeridad y sobriedad —una actitud que contrasta con la ostentación de otros presidentes—, pero la prudencia no se mide en boletos de avión.
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Cuando Luis Echeverría aterrizaba de sus giras internacionales, lo recibían como si descendiera un dios. La sobriedad de Sheinbaum es loable frente a aquel viejo culto presidencial, pero hay límites: la austeridad no consiste en no gastar, sino en gastar lo necesario. Y la seguridad de la jefa del Ejecutivo no es un privilegio, sino un deber.
No tendría por qué avergonzarse si francotiradores del Ejército la protegen en actos públicos o si se inspeccionan minuciosamente los espacios donde hablará. Eso no es exceso; es responsabilidad. En un país herido por la violencia, a un presidente lo cuidan sus escoltas, no el pueblo.
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(Hector Zagal, profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad Panamericana, conduce el programa de radio “El Banquete del Dr. Zagal” todos los miércoles a las 21:00 y los sábados a las 17:00)
