OPINIÓN SERGIO ALMAZÁN

El día de Claudia

En la noche más significa para los mexicanos, López Obrador ha decidido compartirla con la futura presidenta, como una presentación popular y pública de la transición.

Claudia Sheinbaum pasará a la historia como la primera mujer presidenta de México.
Claudia Sheinbaum pasará a la historia como la primera mujer presidenta de México. Créditos: Cuartoscuro
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En la memoria política de México, la transición sexenal de un presidente a otro era prácticamente, un periodo de 150 días de despedidas y desdibujarse del mandatario en turno para preparar la investidura del relevo con brillo propio. Es verdad, que arrancado este siglo XXI y las alternancias partidistas fueron desquebrajando los moldes acartonados del oficialismo priista con escenas memoriosas por dantescas como la protesta presidencial de Calderón y la toma de tribuna del grupo perredista (ahora partido extinto) en unas elecciones dudosas, los empujones y la puerta trasera -como presagio de lo que fue el sexenio calderonista- y más tarde, Peña Nieto desde el primer minuto en que se reconoció el triunfo de López Obrador le entregó el país sin duda ni reserva; una urgencia por heredarle el cochinero de saqueo e impunidad con que el PRI despedía su “dictadora perfecta” tras siete décadas de gobiernos mañosos y socarrones.

Aquellos años y sexenios se visualizan atípicos ante lo que hemos vivido en los últimos meses tras las elecciones; este periodo de transición no se le parece a ninguno de los anteriores; el obradorismo resiste su despedida, impone su sello y su carácter ideológico junto con su creador y líder moral quien seguirá vigente o activo hasta el último segundo de su sexenio, antes de entregar la banda y retirarse su rancho. Septiembre se antoja histórico en muchos sentidos, empujando a un congreso mayoritario de su partido y sus discípulos promoviendo, apurando, aprobando y trazando las líneas hereditarias de su credo y postulados. Mientras la electa y próxima presidenta prepara lo que será su proyecto de gobierno y Estado heredando algunos de los discípulos y una nueva generación de políticos que darán rumbo de Nación.

Cuartoscuro 

El día de Claudia ha comenzado a asomarse, mañana en el balcón simbólico de la historia y simbolismo de México, es decir Palacio Nacional, en la noche más significa para los mexicanos: el grito y ceremonia conmemorativa de la Independencia, López Obrador ha decidido compartirlo con la futura presidenta, como una presentación popular y pública de la transición. Cierra su etapa y al tiempo entrega la plaza pública de mayor relevancia para el país a ella: el Zócalo el sitio donde ha escrito los momentos más relevantes de su vida política.

Sheinbaum sabe medir las fuerzas y administrar su transición; su presencia mañana en el balcón presidencial es un ensayo a los subsecuentes seis años en que ella hará suyo el escenario político por antonomasia, la residencia y el pueblo con su algarabía, denuncias y reclamos. Ahí estará ella al lado del presidente saliente, abajo ante su vista su pueblo que la eligió y una muestra de los actos y rostros que serán cotidianos e históricos para la memoria política de México: la primera mujer presidenta de este país. Mientras arengue el presidente sus últimos logros y vivas! La próxima presidenta comenzará a sentir la adrenalina de gobernar un país con las herencias de un líder que empeñó sus ideales al sueño de ser el presidente de izquierda en un siglo que todo está cambiando. Ahora le toca a ella, hacer suya esta plaza, esta noche, estos símbolos históricos que ensayará en la noche más mexicana. Comienzan los días de Claudia.

Abramos la discusión: @salmazan71