El pasado jueves 11 de julio fue el Día Mundial de la Población, y uno de los grandes retos mundiales que enfrentan los países y naciones es el crecimiento demográfico en países como el nuestro que sigue siendo un reto por disminuir su tasa explosión y desplazamiento urbano de sus habitantes. Con casi 130 millones de mexicanos los desafíos en salud, educación, economía y empleo sigue siendo el reto del bono demográfico que produce tantos retos en un futuro próximo con los dos extremos de su grueso poblacional: los jóvenes y los adultos mayores.
Comparado con otros países de los más poblados, México ocupa el lugar 11 y durante los últimos 70 años la población nacional ha crecido poco más de cuatro veces. Por ejemplo, a finales de los años 50 había poco menos de 26 millones de habitantes en el territorio y entre 2010 a 2020 hubo un crecimiento de 14 millones. Siendo el Estado de México el que mayor dinámica demográfica presenta y un aumento constante en su población, concentrándose el 87% en las ciudades. ¿Qué repercusiones tiene para su gente este aun incontrolado crecimiento demográfico?.
Según los datos de la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica 2023 que presentó el INEGI, a pesar de la reducción de la tasa de fecundidad, aún sigue siendo un reto el crecimiento de población en nuestro país. Si bien la tendencia de embarazo ha disminuido entre la población de 15 a 49 años pasó de 2.07 en 2018 a 1.60 hijas e hijos, y en jóvenes entre 15 y 19 también hubo una reducción en el embarazo adolescente del 72% al 60.9, pero en este sexenio se han vulnerado más los derechos sexuales, reproductivos y de salud sexual de las y los jóvenes derivado de la pandemia y la falta de insumos, presupuesto y estrategias para la prevención de fecundidad adolescente, acceso a métodos anticonceptivos y en consecuencia, limita el desarrollo personal, profesional y social, así como la buena calidad de vida de las y los jóvenes.
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Estas situaciones de vulnerabilidad de fecundidad en la mayoría de las y los jóvenes en medios rurales y urbanos marginales, han provocado una desigualdad abismal en las oportunidades y, en consecuencia, en la distribución de la riqueza. Sólo en 1% de la población de México concentra el 41.2% de la riqueza del país y también el 1% concentra el 88% de la riqueza financiera y en contraste, el 65% de los hogares mexicanos tienen menos del 50% de la media de riqueza neta (activos físicos y/o financieros). Lo que se traduce en desigualdad, inequidad económica-profesional y acceso a la salud, los créditos y el desarrollo financiero para el autoempleo o de pequeña empresa.
Con el crecimiento demográfico y las políticas públicas de mayor inversión en gasto social; a tres meses del final del sexenio de López Obrador, ¿Está mejor distribuida la riqueza?... Los datos señalan que 5.1 millones de mexicanos lograron disminuir su marginalidad económica, mientras 14 ultra millonarios acaparan 8% de la riqueza en el país y las 294 mil personas acumulan 60% de la riqueza neta. El estudio de Oxfam sobre Población y riqueza en nuestro país señala como causante de esta extrema desigualdad en México consecuencia de las transferencias masivas de contratos del gobierno mexicano a un pequeño grupo de millonarios en los últimos 40 años, tras la falacia de “la clase media burócrata” que el Estado creó en aquellos años del milagro mexicano y no aplicó con rigor políticas públicas de control demográfico que verdaderamente creara una clase media y una repartición más justa de la riqueza del país. Necesitamos cambiar la estrategia para disminuir y desacelerar el crecimiento de la población, redistribuir la riqueza y las ampliar las oportunidades en los sectores bajos y medios que impulsen una dinámica financiera, comercial y económica más justa y equitativa. No sé si somos muchos o muy pocos los que acaparan mucho.
Abramos la discusión: @salmazan71