El presidente Andrés Manuel López Obrador cumple su palabra y manda ¡Al diablo las Instituciones! Para empezar, afirma que su reforma al Poder Judicial saldrá en este sexenio. La división de poderes le disgusta y cobrará venganza en contra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que no se ha subordinado al Poder Ejecutivo.
Aprovechará el bono electoral del 2 de junio, que favoreció a Morena y sus aliados para ejecutar el llamado “Plan C” de la #4T que consiste en obtener los dos tercios del Congreso necesarios para realizar las siguientes reformas constitucionales:
Reforma electoral: busca disminuir los gastos de partidos políticos, gobiernos municipales, eliminación de candidaturas plurinominales, reducción del Congreso de la Unión de 500 a 300 diputados y para el Senado pasar de 128 a 64; Reforma a la Administración Pública: busca la eliminación de órganos autónomos y simplificación como INAI, Cofece, Coneval, IFT, entre otros y Reforma al Poder Judicial: busca la reducción de ministros de 11 a nueve y que los jueces, ministros y magistrados sean electos por proceso democrático, es decir a través de votaciones, como muchos otros de los cargos de elección popular de México.
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En el conveniente olvido de la política quedó el discurso pronunciado tras recibir su constancia de presidente electo, en agosto de 2018. Entonces, López Obrador prometió, ante los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que respetaría los poderes legalmente constituidos y las entidades autónomas. “El ejecutivo no será más el poder de los poderes ni buscará someter a los otros”. ¡Ajá!
En 2021, intentaron desaparecerlos con una “Reforma Administrativa”, que no avanzó en el Congreso, porque perdieron la mayoría legislativa en las elecciones intermedias. López Obrador los acusa de "ineficientes", de haber "guardado un silencio cómplice" y hasta de ser parte de un "gobierno paralelo".
Al respecto, el ex rector de la UNAM, José Sarukhan, lo ha llamado autonomofobia. "una muestra de reticencia y resistencia a estos organismos que no están bajo la orden o control y que pueden generar opiniones poco placenteras". Es decir, que incumplen el evangelio de AMLO: “Estás conmigo o contra mí” y el mandamiento: “Lealtad a ciegas”.
Ahora en 2024, con los resultados de la elección de Estado que organizó, va por ellos, dice que el Poder Judicial “está secuestrado” y que diversos ministros de la SCJN están al servicio de “grandes corporaciones”. Sin embargo, los hechos recientes confirman que la Suprema Corte ha refrendado su carácter de ser el Máximo Tribunal Constitucional de México durante la presidencia de la ministra Norma Piña.
Por ello, y ante la embestida de la “aplanadora guinda”, la senadora priista Beatriz Paredes, que hizo su carrera política durante el régimen del partido hegemónico que gobernó al país 70 años, realizó la siguiente reflexión:
“Tenemos el derecho de decirles ¡cuidado! No confundan la voluntad mayoritaria de quienes han votado el 2 de junio. No se trata de votar por una regresión autoritaria, aunque tenga una vocación de justicia social… Se trata de seguir avanzando en la democratización de un nuevo esquema de participación respetando el equilibrio en los poderes y respetando la diversidad de México. Respeten el sentido de la historia con la democratización de este país”
Además, con conocimiento de causa, Paredes explicó que un gobierno regresivo es aquel que pretende reproducir el modelo de partido hegemónico con un poder legislativo subordinado a una mayoría que sigue ciegamente las instrucciones del poder ejecutivo, por lo que pidió prudencia a los legisladores de Morena.
En respuesta, Ricardo Monreal coordinador morenista y presidente de la Jucopo en el Senado, dijo que habrá diálogo y que no se usará la mayoría a rajatabla para aprobar la agenda legislativa.
Monreal estableció que la agenda legislativa se definirá una vez que Claudia Sheinbaum reciba la constancia de mayoría y acuerde las prioridades con el presidente López Obrador.
En efecto, el bono democrático otorgado a AMLO y a su heredera Claudia Sheinbaum, con una victoria contundente del 59.75% con un total de 35 millones 923,669 votos, no es un cheque en blanco, esta decisión ciudadana podría debilitar la democracia, aunque suene paradójico, pues se corre el riesgo de caer en la autocomplacencia y generar sumisión en el Congreso provocando errores a la hora de gobernar, ante la ausencia de contrapesos.
Disminuirlos o someterlos, representa un golpe a la división de poderes, una ausencia de contrapesos frente al Ejecutivo no es deseable en ningún Estado constitucional. ¿El Congreso le servirá de comparsa al presidente López Obrador y su “Autonomofobia”, para seguir en su “mundo ideal” claroscuro? Ya veremos.
Vericuentos
PRD pierde registro
El Partido de la Revolución Democrática (PRD), fundado por Cuauhtémoc Cárdenas en 1989, perdió su registro a nivel nacional. La principal fuerza opositora de izquierda en el país que estuvo cerca de ganar la Presidencia con Andrés Manuel López Obrador como su candidato en 2006 y 2012, no alcanzó el 3% de votos para mantener su registro en las elecciones del pasado 2 de junio. Jesús Zambrano, dirigente del PRD lo niega, pero el INE ya tomó el control de la organización. ¡Tómala!
Caleidoscopio
Guillermina Gómora Ordóñez
@guillegomora