Una de las disputas más grandes entre historiadores es saber cuándo terminó la Revolución Mexicana. La complejidad de este problema seguramente se debe a que no existió una sola revolución. Hubo muchos movimientos armados que, por lo menos durante diez años, pelearon por diferentes causas y frecuentemente se enfrentaron entre ellos. Zapata combatió contra Madero, Carranza contra Villa y Zapata, y Obregón contra Carranza…
Corrieron ríos de pólvora y sangre, en cuyos cauces se mezclaron los ideales con las traiciones y el cinismo con la generosidad. Aquí les contamos algunas anécdotas.
Pancho Villa fue uno de los personajes más histriónicos de toda la revolución. Hay tantas anécdotas detrás del “centauro del norte” y de sus “dorados” que es muy fácil entender por qué tenía y tiene tanta popularidad. Para muchos estadounidenses, Villa fue uno de los arquetipos de mexicano a principios del siglo XX.
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La fama de Villa había despertado el interés de algunos productores de Hollywood, por lo que Mutual Film contactó al caudillo y acordaron grabar dos películas. A cambio, Pancho recibiría $25 mil dólares y el 20 por ciento de la taquilla. La primera película recogió su batalla en Ojinaga. Los camarógrafos se colocaron a una distancia cercana a la lucha y comenzaron a grabar.
La segunda película trató sobre la vida del centauro del norte. El actor Raul Walsh fue el encargado de personificar a Villa durante la primera mitad del largometraje, donde se contaron los primeros años de su vida. Luego, la película remataba con fragmentos del general en el campo de batalla.
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Estas películas fueron tan populares que, se cree, la visión estereotípica que los estadounidenses tienen del mexicano nació de la figura de Villa: un hombre bigotudo, con sombrero, pistola, y pendenciero.
Otro personaje que de quien se cuentan muchas historias, no precisamente lindas, es Rodolfo Fierro, el gran general de Villa. Este hombre logró entrar al villismo con la ayuda de Tomás Urbina. Rápidamente, Fierro se destacó por su ferocidad en batalla, lo que hizo que se ganara la confianza del caudillo del norte. Ya como general, fue tan sádico que se le conoció como “El carnicero de Pancho Villa”.
Fierro convenció a Villa de matar a Tomás Urbina, quien lo introdujo a la causa revolucionaria, luego de que este último intentara traicionarlos en la Batalla de El Ébano. Pero eso no es todo. Se cuenta que, alguna vez, Fierro estaba ya muy borracho en una cantina cuando apostó con sus amigos que los hombres, cuando se les disparaba, caían hacia adelante y no hacia atrás. Para demostrarlo, salió a la calle y le disparó a la primera persona que vio. En efecto, él ganó la apuesta. ¿Será verdad?
Otra de las terribles hazañas de este personaje se narra en “La fiesta de las balas”, un cuento de Martín Luis Guzmán que pueden encontrar en su obra “El Águila y la Serpiente” de 1928. Les aseguramos que no se van a arrepentir si lo leen.
No hay que olvidar, sin embargo, que Carranza y Obregón se encargaron de hacerle mala fama a Villa y sus hombres. No todo lo que se cuenta de Villa y Fierro es verdad.
Sapere aude! ¡Atrévete a saber!
@hzagal
(Héctor Zagal y Óscar Sakaguchi, coautores de este artículo, son conductores del programa “El Banquete del Dr. Zagal en MVS 102.5 todos los miércoles a las 22:00 y los sábados a las 17:00)