2018 a la fecha, más de 200 mil muertos y más de 116 mil desaparecidos, el Senado deberá elegir al presidente(a) de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) que con Rosario Piedra Ibarra se convirtió en un “florero”, durante el sexenio pasado.
La cuestionada gestión de Rosario Piedra, concluye en noviembre próximo y ha estado marcada por la criminalización de feministas, el ocultamiento de informes sobre violaciones a migrantes, desapariciones forzadas, desplazamiento forzado interno, asesinato y amenazas a periodistas y personas defensoras de derechos humanos y la concentración de esfuerzos en investigar el pasado en lugar del presente.
Al respecto, el senador del PAN, Ricardo Anaya, consideró que por ello es urgente tener una institución, sólida e independiente, que no sea un “apéndice” de Morena. En la recta final, de la selección hay 48 candidatos que fueron avalados por las comisiones del Senado para competir por la presidencia de la CNDH para el periodo 2024-2029.
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Sin embargo, Ignacio Mier, vicecoordinador de Morena, quiere que Rosario Piedra, repita en el cargo, sin importar los pésimos o nulos resultados de la funcionaria que lucra con la historia de su madre Rosario Ibarra de Piedra, conocida por fundar el Comité Eureka por la Búsqueda de Desaparecidos.
Una vez más, Morena privilegia la militancia, y la “lealtad a ciegas” sobre la experiencia ¿Acaso quieren repetir la batalla campal de 2019 cuando entre insultos, empujones y jalones, rindió protesta Rosario Piedra? Entonces, la oposición calificó el proceso como ilegal y fraudulento. Bajo la consigna “No al fraude en CNDH”, advirtieron que su papel al frente de la CNDH no sería para defender los derechos humanos, sino para tapar las posibles violaciones que cometa el gobierno morenista contra los ciudadanos.
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Y el tiempo y los hechos lo confirman, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) en el documento “CNDH: balance de su debilitamiento institucional durante la gestión 2019-2024”, destaca que: durante su gestión, se materializó un deterioro institucional considerable, que ha colocado al organismo en el centro de cuestionamientos sobre su autonomía e independencia del Poder Ejecutivo y el rol pasivo que ha jugado como institución nacional de derechos humanos frente a las problemáticas más apremiantes en este ámbito en México, como la militarización de la seguridad pública, la política migratoria, megaproyectos de desarrollo en territorios indígenas, la disminución del espacio cívico y la estigmatización de periodistas y organizaciones de la sociedad civil defensoras de derechos humanos, la expansión de la prisión preventiva, entre otros.
Sí, Rosario Piedra, desempeño su rol de “florero”, para no molestar a su mentor, el expresidente Andrés Manuel López Obrador, que durante su gobierno estigmatizó a los defensores de derechos humanos y llegó a decir que los derechos humanos eran un invento del neoliberalismo además de ignorar y menospreciar las víctimas.
Tal es el desinterés por la CNDH de Piedra Ibarra que propuso el pasado 24 de enero su desaparición, junto con otros organismos autónomos, y que se convierta en la “Defensoría Nacional de los Derechos del Pueblo”. Durante su comparecencia ante la Comisión Permanente en Cámara de Diputados dijo: “impulsamos nuestra reforma y nos mantenemos firmes en la idea de transformar de raíz a esta Comisión Nacional, ya que no responde a las necesidades del pueblo mexicano”.
Sin embargo, cambió de opinión y ahora Rosario Piedra pretende reelegirse, para seguir viviendo del presupuesto, pese a enfrentar acusaciones de sus trabajadores por corrupción, renuncias masivas de la plantilla y señalamientos por haberse guiado por los intereses políticos del Gobierno de López Obrador.
Por lo pronto, la candidata del ala dura de Morena, competirá por el cargo contra aspirantes como Nashieli Ramírez Hernández, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México y Tania Ramírez Hernández, directora ejecutiva de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), profesionales con una trayectoria en la defensa de los derechos humanos.
En la lista también está Jesús González Schmal, expanista redimido por Morena quien asegura que: "Los derechos humanos son el parámetro para saber si un régimen de gobierno está en estados inferiores. Aquí en México el organismo está atrofiado y nos cuesta 2 mil millones de pesos al año”.
Las comparecencias de los aspirantes que pasen el filtro de las comisiones en el Senado, están programadas para el 24, 25 y 26 de octubre. La decisión final será publicada el 8 de noviembre, y quien salga electo podrá permanecer en el cargo por los próximos cinco años.
Ya veremos si la aplanadora de Morena y aliados se comprometen a un debate real y no a una simulación para asegurar la continuidad en la CNDH cuya prioridad, actual, es proteger al gobierno y no a las víctimas.
Los morenistas aseguran, una y otra vez, que “el pueblo les dio el poder reformador”, entonces deben tener presente que los derechos humanos no son una concesión graciosa del poder. Son el resultado de luchas sociales históricas para proteger la dignidad humana frente a los abusos de poder del Estado, sin discriminación alguna.
@guillegomora
Caleidoscopio
Guillermina Gómora Ordóñez