El 7 de mayo Siria fue admitida nuevamente en la Liga Árabe. La readmisión ocurre tras más de una década de suspensión debido a la guerra civil que ha dejado a cientos de miles de muertos y a millones de personas desplazadas y refugiadas. La readmisión se da en un momento de cambios en las relaciones internacionales en la que los países de la región buscan una mayor estabilidad, aun si ello significa reconciliarse con enemigos históricos.
La readmisión de Siria a la Liga Árabe, el organismo intergubernamental más importante de la región constituido por 22 países se da en un momento de cambios relevantes en el Medio Oriente. Este hecho está directamente influenciado por el reciente acercamiento entre los rivales históricos: Arabia Saudita e Irán, quienes en marzo restauraron sus relaciones diplomáticas bajo el auspicio de China.
Además del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre estos países, otro evento que pudo impulsar el regreso (que ya se veía venir) de Siria a la Liga Árabe fue la negativa de Estados Unidos a levantar las sanciones tras el terremoto, por lo que otros países árabes consideraron necesario suavizar la situación para aliviar las necesidades de la gente.
Desde 2011, a raíz de la violenta represión de las protestas contra el régimen de Bashar al-Assad y que llevaron a Siria a la guerra civil, la membresía de este país en la Liga Árabe había sido suspendida. Además, varios países dentro y fuera de la región, incluidos Arabia Saudita, Estados Unidos, Türkiye y Catar, apoyaron a los grupos rebeldes antigubernamentales que confrontaron al régimen de Bashar al-Assad y surgieron grupos terroristas como ISIS, lo que complicó aún más la situación en el país.
Assad, había perdido buena parte del territorio sirio, sin embargo, con el apoyo de Rusia e Irán, logró recuperar el control de gran parte de éste. Ahora, tras más de una década del inicio de la guerra civil, permitir el retorno de Siria a la Liga Árabe significa un cambio en la estrategia de los países que antes apoyaron a los grupos antigubernamentales y se entiende que reconocen nuevamente a Assad como el presidente legítimo pasando por alto los crímenes cometidos contra la población civil.
Aún así, los países de la Liga Árabe recibieron la reinserción de maneras distintas pues, mientras países como los Emiratos Árabes Unidos expresaron que era un gran paso para asegurar la estabilidad y seguridad en la región, países como Catar –quien financió en gran medida a combatientes para derrocar a Assad— se niegan a normalizar relaciones.
Por supuesto el gobierno estadounidense tampoco está satisfecho con la decisión de la Liga Árabe y al día siguiente de la readmisión, el presidente Joe Biden firmó una extensión de la emergencia nacional iniciada en 2004 donde declara a Siria como “una amenaza extraordinaria e inusual para la seguridad nacional, la política exterior y la economía de los Estados Unidos”. Por su parte, Irán felicitó a Siria por su reinserción.
Para la reinserción a la organización se pusieron algunas condiciones las cuales incluyen el retorno de las personas refugiadas, el control de drogas, atender el asunto de las personas detenidas que están desaparecidas y el de las milicias iraníes en Siria.
Pero ¿qué tan seguro es regresar a Siria? La guerra civil ha provocado cientos de miles de muertos, millones de personas desplazadas y refugiadas y se sabe que más del 50% de la infraestructura del país está dañada. Además, recordemos que un terremoto de gran magnitud azotó partes del norte y oeste del país en febrero lo que, además de acabar con la vida de más 1,414 personas, afectó a otros seis millones y desplazó a 300,000 muchas de estas personas ya habían sido desplazadas por la guerra. El terremoto ocurrió durante el invierno, lo que agudizó la emergencia, además, una inundación causada por lluvias torrenciales en marzo afectó 40 campamentos donde estaban instaladas personas sobrevivientes del terremoto. Cabe señalar que esta zona sufría en 2022 por un brote de cólera debido a la frágil infraestructura para proveer agua y a la falta de servicios médicos.
Adicionalmente, se sabe que Israel ha bombardeado la capital siria, Damasco, en los últimos meses, incluso poco después del terremoto, también bombardeó el aeropuerto de Alepo (la ciudad más poblada) a finales de marzo dañando aún más la infraestructura del país. También, Estados Unidos ha realizado ataques aéreos contra combatientes que desaprueban la presencia de bases militares estadounidenses en el país. Incluso Jordania, uno de los países más afectados por el tráfico de drogas producidas en Siria, había dicho recientemente que estaba dispuesto a tomar medidas unilaterales y, hace apenas unos días, bombardeó el sitio donde se encontraba el traficante de drogas más conocido en Siria y acabó con su vida, la de su esposa y sus seis hijos.
Aunque la Liga Árabe dice entender que resolver la “crisis” en Siria será un proceso largo y gradual, resulta preocupante que realmente se logre un ambiente propicio para el retorno de las personas desplazadas y refugiadas a un país donde el presidente atacó a su población civil, donde otros países llevan a cabo operaciones militares de manera periódica y donde ante esta decisión queda la incertidumbre de si grupos de la oposición tomarán acciones.
Jeziret Gallardo
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