OPINIÓN HÉCTOR ZAGAL

Confesiones de un lector viejo

No he terminado de leer “El Quijote”. Llevo la mitad y sé que lo terminaré algún día. Me divierte por momentos, pero hay capítulos que encuentro tediosos. 

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Libros.Créditos: Pixabay
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Hoy es día del libro y espero no aburrirlos con una pequeña lista de confesiones sobre mis lecturas. 

  1. No he terminado de leer “El Quijote”. Llevo la mitad y sé que lo terminaré algún día. Me divierte por momentos, pero hay capítulos que encuentro tediosos. 
  2. No he leído la Biblia completa. El libro bíblico que me gusta más es “El cantar de los cantares”, que puede leerse como un poema erótico, que narra el amor de una pareja, o como un poema místico, que habla del amor de Dios hacia la humanidad.
  3. A los dos autores que más tiempo les he dedicado a mi vida son Aristóteles y Agatha Christie. Las ideas y argumentos de Aristóteles son tan brillantes como horrorosa es su redacción. Por contraste, la lectura de Christie es divertida y deliciosamente superficial.  
  4. En un momento de mi vida en el que me dejé absorber por mis obligaciones laborales, cayó en mis manos “Momo” de Michael Ende. Me dio una gran enseñanza: debemos aprender a perder el tiempo con nuestros amigos. 
  5. Intenté a leer a Borges a los doce años y claro, no entendí nada. Ya en la universidad me topé de nuevo con él. Tanto me encantó que, como a muchos otros de sus lectores, me dio por sentirme Borges y traté de escribir como él. Nunca lo he conseguido, je, je. 
  6. Hace muchos años le propuse a mi editor el manuscrito de mi primera novela. La evaluó y su dictamen fue regalarme la trilogía de Stieg Larsson y pedirme que la leyera. Era diciembre. Yo estaba de vacaciones. En dos semanas devoré “Los hombres que no amaban a las mujeres”, “La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina” y “La reina en el palacio de las corrientes de aire”. Sobra decir que nunca publiqué esa novela. Lloré la muerte de Larsson y no me encantó la continuación de la saga escrita por David Lagercrantz. 
  7. A veces me gusta subrayar libros para sacar frases o anécdotas. El autor a quien más subrayo es a Chesterton. Aquí una perla chestertoniana: “Bebed si sois felices, pero nunca si sois desgraciados” 
  8. “¿Cómo puedo escribir con más claridad?”, le pregunté a mi maestro Carlos Llano cuando estudiaba la licenciatura en Filosofía. Mi profesor me entregó “Las confesiones de un pequeño filósofo” de Azorín. La puntación de Azorín es extraordinaria.
  9. Como tantos otros adolescentes melancólicos, leí “Demián” de Hermann Hesse. Me conmovió. Sin embargo, no he querido releerlo. Yo he cambiado mucho desde entonces y, por tanto, el libro también cambió. No quiero llevarme una decepción.
  10. En la secundaria, cuando me decía comunista y había leído todas las publicaciones de Rius, leí “La madre” de Máximo Gorki y “Así se templó el acero” de Nicolai Ostrovski. Obviamente, me identifiqué con los protagonistas, dos jóvenes revolucionarios y socialistas. Hoy por hoy, soy un cochino pequeño burgués que me identificó con Hércules Poirot. 
  11. Por cierto, he leído toda la obra de Christie, salvo una de sus novelas, “Telón”, el último caso de Poirot. Estoy reservando ese pequeño placer para cuando me jubile.
  12. Allá por el año 2000, tuve la fortuna de asistir a un curso de literatura impartido por CDM. De él recibí otro gran consejo: a los libros hay que perderles el respeto. Salvo que sea por obligación profesional o escolar, si te aburren, se vale saltarse páginas y si te sigue aburriendo, abandona su lectura

Y a ustedes, ¿qué libros los han marcado?

¡Atrévete a saber! Sapere aude! 

@hzagal