OPINIÓN JEZIRET GALLARDO

Gaza, entre la espada y la pared

La única inteligencia que se requiere es el sentido común y tener memoria histórica, porque ningún pueblo que ha sido sistemáticamente violentado, subyugado y sometido ha permanecido obediente ante su opresor.

Un palestino se lamenta sobre las ruinas de un edificio destruido en un ataque israelí sobre Rafah, en el sur de la Franja de Gaza.
Un palestino se lamenta sobre las ruinas de un edificio destruido en un ataque israelí sobre Rafah, en el sur de la Franja de Gaza. Créditos: Reuters
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El sábado desperté con las Breaking News de Palestina e Israel: la ofensiva desde Gaza había comenzado. Tal vez no se sabía exactamente cómo o cuando sucedería, pero era claro que estaba cerca y que era inevitable pese a que los servicios de inteligencia israelíes y estadounidenses digan que fue inesperado.

La única inteligencia que se requiere es el sentido común y tener memoria histórica, porque ningún pueblo que ha sido sistemáticamente violentado, subyugado y sometido ha permanecido obediente ante su opresor. Con cada nueva generación que vive tras los muros, con cada nueva guerra y con 95% de su población de dos millones de personas sin acceso a agua salubre, es claro que un día había que arriesgarlo todo pues poco queda que perder para los palestinos en Gaza.

Tal vez lo inesperado es que un grupo con tan pocos recursos militares –si lo comparamos con la capacidad militar israelí y los billones de dólares adicionales que Estados Unidos da al Estado sionista— haya cruzado el muro del apartheid. Un muro que además cuenta con tecnología avanzada que incluye cámaras, radares e incluso sensores subterráneos. Sin embargo, también es cierto que Netanyahu lleva muchos años buscando una excusa para desaparecer por completo a la Franja de Gaza e, incluso, tomando acciones que empoderaron a Hamás con el fin de evitar la viabilidad de un Estado palestino unificado.

El primer video que vi el sábado fue el de las Brigadas Al Qassam, el brazo armado de Hamás, volando con parapentes sobre el muro de la Franja de Gaza, bloqueada desde hace 16 años. Fue un mensaje poderoso para todos los oprimidos (y opresores), para todos aquellos descendientes de países –como el nuestro— que se construyeron como consecuencia del colonialismo y tras una prolongada historia de subyugación perpetrada por las potencias europeas.

Después vi otro video. Eran civiles destrozando el multimillonario y sofisticado cerco con una máquina vieja y humeante mientras otros corrían hacia su tierra ancestral. Esa tierra de la que sus padres y abuelos fueron despojados con ayuda –como hasta ahora— de países occidentales. Ver caer los muros da un mensaje para quienes creemos en que es mejor construir puentes y cuestionamos críticamente las visiones hegemónicas. (Ver video aquí)

Las ruinas de las casas palestinas alcanzadas por los ataques israelíes en el campo de refugiados de al-Shati, en la ciudad de Gaza / Reuters

Tal vez en este punto puedan cuestionarse sobre algunos temas como la postura de esta autora sobre el uso de la violencia en ciertos contextos; sin embargo, recalco que esto se trata de una reflexión de mayor alcance y no de una cuestión simplista. Hay que hacer las preguntas correctas y no reducirlo a una simple opinión o postura respecto a tal o cual grupo. Considero, al igual que Mohammed Saadat, embajador de Palestina en México, en que se requiere analizar las causas de los eventos tan desafortunados que ocurren hoy en Israel y cuestionar la respuesta contra los civiles en Gaza por parte del ente colonial. La prensa occidental tiende a hacer preguntas irrelevantes cuando se trata de grupos históricamente marginados y presta poca atención cuando la violencia proviene de países aliados y se ha institucionalizado.

En los últimos días, Israel ha ocupado su supremacía militar y el respaldo de los Estados Unidos para no suscribir o violar sistemáticamente el derecho internacional. Según fuentes desde Gaza, Israel ha utilizado fósforo blanco en siete ocasiones sobre población civil.

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¿Por qué utilizar la supremacía militar para causar un castigo colectivo a la población civil de Gaza? ¿Por qué aún cuando los castigos colectivos están prohibidos en el derecho internacional humanitario estos hechos no causan indignación generalizada? ¿por qué no estamos escandalizados por los cortes de agua, luz, combustibles y el bombardeo de los cruces fronterizos para causar más daño a los civiles en Gaza?

Justo hace un par de semanas hablaba con alguien sobre por qué hace tiempo había cambiado de idea sobre estudiar una maestría en "Estudios de Paz y Resolución de Conflictos" y es que ojalá el mundo fuera tan simple. La razón es epistemológica.

Ojalá tampoco hubiesen sido necesarias la Guerra de Independencia o la Revolución Mexicana, ojalá Mandela no hubiese estado 27 años en la cárcel, ojalá en las protestas del 8M no fuese necesario quemar y romper todo... Ojalá todos viviéramos con el privilegio de la libertad y la justicia.

Jeziret Gallardo

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