Hace unos meses, un amigo español visitó la Ciudad de México. Lo llevé a comer a un restaurante de alta concina mexicana y me hizo una observación aguda y devastadora. “Miro a los comensales, y parecería que estoy en Madrid, pero luego miro a los meseros, y recuerdo que estoy en México. ¿No te parecer raro?”. En México, en efecto, en los quintiles más altos del índice de riqueza es mayor la presencia de mexicanos con tez clara.
“En nuestro país, racismo y clasismo se funden”. Saco esta frase de mi artículo el “Ku Klux Klan mexicano, que escribí junto con un colega alla por el año 2000. En aquel momento, se hablaba muy poco de esos temas en ciertos ambientes sociales. Hoy, afortunadamente, el problema racismo se discute abiertamente. Y sí, yo, comos muchos mexicanos, he sido discriminado en mi propio país por mi color de piel. ¿Ustedes?
Sin embargo, ello no significa que la palabra “negro” tenga de suyo un sentido peyorativo. Mi padre, que era moreno, le decía a mi madre, que es de piel blanca, “negra”. (Y mi madre le decia a mi papá “gordo”, a pesar de que él era muy delgado). De hecho, en algunos ambientes académicos, se habla de “negritud”, como la tercera raíz social de México. Se calcula, en efecto, que dos millones 570 mil mexicanos son afrodescendientes. No creo que debamos tenerle miedo a la palabra “negro”, como tampoco a la palabra “meztizo”, “güero” o “moreno”.
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La lucha contra la segregación racial no es algo de hoy ni de hace veinte años. En muchos lugares de Estados Unidos, a pesar de su tradición democrática, el racismo sigue arraigado. Desde 1876 hasta 1965 existían leyes estatales que segregaban a la población negra de la blanca. A ello habría que agregar, por cierto, las leyes antichinas, que también fueron imitadas por algunos gobiernos estateles de México.
El racismo blanco cristializó en una de las sociedades más nefastas de la historia estadounidense: el Ku-Klux-Klan.
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Al término de la guerra de Secesión, la población afroamericana por fin “gozó” de derechos electorales. Suponía un cambio radical. En varios estados del sur esta población era mayoría, por lo que, en términos políticos, tenía más poder. No obstante, los militares de un derrotado ejército confederal formaron el Ku-Klux-Klan. Comenzó como un movimiento que amedrentaba a las personas negras con estrategias casi caricaturescas. Poco a poco, se fue haciendo más violento. En algunas regiones, si encontraban a un negro en la calle por la noche, lo azotaban. El propósito del Klan era impedir el empoderamiento de quienes habían sido esclavos. Paulatinamente, la población blanca recuperó buena parte de sus privilegios y el Klan perdió su deleznable razón de ser.
Cuando finalizó de la Primera Guerra Mundial, el Klan resurgió. Ahora no sólo se concentró en atacar a afroamericanos sino también a católicos, judíos y mexicanos. El ideal del Klan era WASP: White Anglo Saxon Protestant. Durante esta segunda etapa, las acciones del KKK fueron estremadamente violentas.
Hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, las autoridades federales contuvieron al Klan, por temor a que se convirtiera en un aliado del nazismo. Pero el KKK y la segregación racial persistió. En 1964, la Ley de Derechos Civiles abolió, al menos en el papel, la segregación racial en Estados Unido. Por supuesto, la presidencia de Obama fue un hito en la historia de ese país.
Me parece bien que los mexicanos hablemos abiertamente sobre el racismo y cómo combatirlo. Es un hecho que la población de piel blanca suele ocupar una posición económica más desahogada que el resto de los mexicanos. Hay que analizar porqué se da ese fenómeno en un país que, desde su indendencia en 1821, abolió jurídicamente las castas y otras prácticas racistas.
Sin duda, es necesario luchar contra los mecanismos subrepticios que perpetúan el racismo y la pobreza. Sin embargo, creo que la violencia no se combate con violencia; ni la discrimación con discrimación. El desmantelamiento del racismo no debe seguir el camino del odio. Los agravios sociales no se resuelven con venganzas ni con discursos de odio.
Sapera aude! ¡Atrévete a saber!
@hzagal