FUTBOL

De la crisis diplomática de Qatar al Proyecto Stadia de la Copa del Mundo

Catar es un pequeño país de tan solo 11,581 km2 y tres millones de habitantes. Aunque está acostumbrado a albergar hasta 90 eventos deportivos cada año.

Varias personas se reúnen en el paseo marítimo cerca del mercado tradicional Souq Waqif en Doha, Qatar.
Varias personas se reúnen en el paseo marítimo cerca del mercado tradicional Souq Waqif en Doha, Qatar.Créditos: EFE
Escrito en OPINIÓN el

Ahora que arrancó la Copa Mundial de la FIFA en Qatar, las noticias sobre este pequeño Estado árabe ubicado en la Península Arábiga están en todas partes. Hace unos meses escribí sobre la FIFA y los costos humanos de la Copa Mundial de Catar, pero en esta nota me centraré en cómo Catar pasó de una severa crisis diplomática en la región a auspiciar la colaboración entre diversos países de la región y de Occidente en materia de seguridad en miras a la Copa Mundial.

Catar es un pequeño país de tan solo 11,581 km2 y tres millones de habitantes. Aunque está acostumbrado a albergar hasta 90 eventos deportivos cada año, nada se compara con recibir a un millón de visitantes, que es la cantidad de personas que se esperan para la Copa Mundial. Ser sede de esta Copa, es una novedad no solo en el país, sino en toda la región y brindar seguridad a los equipos participantes, a sus fans, a invitados de alto nivel y a los residentes en general, es una tarea que requiere la colaboración entre varios países.

Sin embargo, la región cuenta con distintas afinidades y rivalidades que los hacen más o menos cercanos con países como Irán o Arabia Saudita, es decir, a las potencias de la región, y, por tanto, más cercanos o lejanos de los Estados Unidos. Catar es de hecho un caso interesante, ya que es de los pocos países de la región que se encuentran cercanos económica y políticamente a Irán, pero que igualmente mantiene buenas relaciones con Estados Unidos.

En 2017, la cercanía de Qatar con Irán provocó una crisis diplomática en este pequeño país. Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Bahréin cesaron relaciones diplomáticas con Qatar, el cese de las relaciones incluyó un bloqueo que duró cuatro años, es decir, hasta el año 2021, años en los que Irán y Türkiye apoyaron a Catar. Por supuesto, además de la mediación de Kuwait y Omán, hubo una fuerte influencia estadounidense para que el bloqueo se levantara y las relaciones diplomáticas entre todos estos países se reestablecieran.

Pero el bloqueo no ocurrió solamente por la cercanía de Qatar con Irán, sino por tensiones entre los gobiernos de la región que llevaban acumulándose varios años, principalmente tras la Primavera Árabe de 2012. Un ejemplo, fue la cobertura favorable que la famosa cadena de noticias catarí, Al Jazeera, hacía de las Protestas de la Primavera Árabe o las condenas de Catar a Egipto tras el derrocamiento del gobierno electo y la violenta represión a los manifestantes. Pese a que se reanudaron las relaciones diplomáticas entre ambos países, el asunto no ha quedado en el olvido, tal como lo demostró Alaa Mubarak, hijo del exdictador egipcio Hosni Mubarak, hace unos días en un tuit:

“Un gran éxito del que todos estamos orgullosos al albergar la primera Copa del Mundo en suelo árabe, Catar. Pero no olvidemos que se subió a la ola de la Primavera Árabe y adoptó un proyecto destructivo para fragmentar la región desde dentro y engañar a la opinión pública a través de sus banderas y su papel de apoyo a un grupo terrorista”.

Qatar, tras convertirse en la sede de la Copa Mundial, nuevamente logró acercar a una gran cantidad de países tanto del Medio Oriente y el Norte de África como de Occidente. Para Qatar, no iba a ser tarea fácil mantener la seguridad dentro de sus fronteras para los cuatro millones de personas que se espera que haya en su territorio en estos días, pero se las arregló para que países como Türkiye, Marruecos, Jordania, Francia, Reino Unido, España, Italia, Rumania, Pakistán y hasta la OTAN compartieran a su personal, equipo y conocimientos técnicos en asuntos de seguridad tales como antidisturbios, combate al terrorismo, inteligencia o ciberseguridad.

Todo este titánico esfuerzo conjunto es conocido como Proyecto Stadia, lanzado por la INTERPOL en 2012 y financiado por Catar. Se trata de un proyecto con duración de diez años cuyo objetivo es que los países miembros puedan prepararse en términos policiales y de seguridad para los principales eventos deportivos. El proyecto ha sido tan fructífero y Catar tan generoso, que se extendió por otros dos años con el fin de compartir experiencias en miras a la Copa Mundial de Rugby de 2023 que se celebrará en Francia y a los Juegos Olímpicos de 2024 que se llevarán a cabo en París.

Lo que es un hecho, es que a nadie le conviene que ocurran catástrofes que pongan en riesgo la seguridad y las vidas de millones de personas en eventos de tal envergadura, pues, otro hecho, es que hay mucho dinero de por medio, aunque también lo hay en la subcontratación de servicios de seguridad. Por otra parte, Catar ha jugado bien sus cartas, tras el bloqueo no se vio forzado a romper sus vínculos con Irán y, gracias al Proyecto Stadia y a la Copa Mundial, ha logrado fortalecer su seguridad nacional y estrechar lazos con diversos países.

Jeziret Gallardo

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