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Nuevo León registra 41% menos lluvias en julio que su promedio histórico

La canícula y las altas temperaturas agravan la situación, mientras la sequía ya afecta a municipios clave del estado.

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El promedio histórico de lluvias en Nuevo León suele ofrecer un respiro durante el verano, pero en el mes de julio el clima se negó a cumplir con lo esperado.

De acuerdo con datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), el estado enfrentó en julio una disminución del 41 por ciento en su nivel de lluvias respecto al promedio histórico, lo que lo posiciona por debajo de la media nacional en cuanto a precipitaciones. 

Durante el mes se acumularon 40 milímetros de lluvia en la entidad, cifra que representa apenas el 59 por ciento del promedio histórico de 67.6 milímetros de agua.

Este descenso en la precipitación coincide con la presencia de la canícula, fenómeno climático que ocurre cada año en diversas regiones de México y que provoca una reducción temporal en la nubosidad y las lluvias. Aunque el impacto de este fenómeno varía según la zona, su presencia en el norte del país ha sido notoria durante las últimas semanas.

A nivel nacional, del 1 al 29 de julio de 2025, se reportó un déficit del 21 por ciento en las lluvias, pero Nuevo León experimentó una caída más pronunciada, lo que evidencia un patrón regional delicado en el noreste del país. 

Esta situación contrasta con el comportamiento de junio de 2025, considerado el mes más lluvioso desde 1941, cuando se reportó un superávit del 55.8 por ciento en precipitaciones.

A pesar de que junio de 2025 fue registrado como el mes más lluvioso a nivel nacional e histórico, julio mostró una tendencia completamente opuesta en estados como Nuevo León, lo que podría afectar sectores sensibles como el agrícola y el abasto de agua.

Sequía se expande en el estado

A pesar de algunas lluvias recientes, la sequía sigue avanzando en Nuevo León y ya afecta a municipios como Monterrey, San Pedro, Juárez y Montemorelos, con niveles que van de sequía anormalmente seca (D0) a moderada (D1), según el Monitor de Sequía de México.

Las lluvias ligeras pronosticadas –menores a 5 milímetros de acumulación de agua– no serán suficientes para revertir esta crisis hídrica, mientras otras regiones del país como el sur y oriente, se preparan para precipitaciones intensas.

El problema se agrava con las altas temperaturas que alcanzan hasta 40 grados en municipios como Apodaca y Escobedo. Este calor extremo acelera la evaporación del agua, incrementa su consumo, eleva los riesgos de incendios, pérdida de cultivos y afectaciones a la salud por golpes de calor o deshidratación.