En Nuevo León, participar en una riña dentro o en las inmediaciones de un estadio puede tener graves consecuencias legales.
Desde 2017, el Congreso del Estado aprobó reformas al Código Penal y a diversas leyes locales para castigar con cárcel, multas y hasta la inclusión en un padrón de aficionados violentos a quienes incurran en actos de violencia durante espectáculos deportivos.
La reforma al artículo 331 Bis del Código Penal establece que lanzar objetos peligrosos, ingresar sin autorización a la cancha para agredir o dañar bienes, participar en riñas, incitar a la violencia o introducir armas de fuego y explosivos se sancionará con penas de seis meses a cuatro años y medio de prisión, además de multas que van de 5 a 90 días de salario.
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Mientras que en Artículo 331 Bis 1.- Además de las sanciones previstas en este capítulo, a juicio del Juez se podrá prohibir al inculpado asistir a estadios o recintos de espectáculos deportivos por un término de dos a seis años, en cuyo caso se ordenará la publicación especial de sentencia.
De manera complementaria, la Ley de Seguridad Pública contempla un registro estatal de aficionados violentos, el cual se incorporará al Sistema Nacional de Seguridad. Esto permitirá a los administradores de estadios negar el acceso a quienes tengan antecedentes de violencia, mediante un “código rojo” que los identificará en futuras revisiones.
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Además, el Congreso pidió reforzar medidas de seguridad, implementar políticas públicas que fomenten la cultura de paz y promover campañas de prevención para reducir los riesgos en eventos masivos.
Casos recientes
En fechas recientes el Club de Fútbol Tigres informó sobre las medidas adoptadas tras los hechos violentos ocurridos al final del partido contra el América, correspondiente a la Jornada 5 de la Liga MX, en el Estadio Universitario de San Nicolás de los Garza.
De acuerdo con el comunicado emitido por la institución deportiva, en la tribuna de la Zona de Gol Norte se registró un enfrentamiento que dejó como saldo la detención de tres personas identificadas como Erick de 24 años, Alberto de 52 y Víctor de 54 años.
Todos fueron consignados a las autoridades policiales y, como sanción interna, el club retiró sus abonos y prohibió definitivamente su acceso al estadio.