En las ciudades más transitadas del país como Monterrey es común ver personas en situación de calle pidiendo dinero en esquinas o banquetas. Sin embargo, detrás de esta aparente necesidad podría ocultarse un delito silencioso: la mendicidad forzada, una forma de trata de personas que afecta principalmente a sectores vulnerables como niñas, niños, mujeres, adultos mayores, personas indígenas o con discapacidad.
Aunque muchas veces se percibe como una decisión individual motivada por la pobreza, existen redes delictivas que reclutan y controlan a estas personas con fines lucrativos, apropiándose del dinero que reciben por limosna.
Este fenómeno no solo representa una grave violación a los derechos humanos, sino que también plantea un reto para la ciudadanía, que sin saberlo, podría estar financiando una red de trata al entregar dinero.
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A través de redes sociales, la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León mantiene una campaña para detectar este delito ya que la mejor forma de ayudar es canalizar a estas personas a instituciones de asistencia social o bien denunciar ante las autoridades correspondientes si se sospecha que una persona está siendo explotada.
Las autoridades estatales detallan que algunas de las formas para detectar que alguna persona puede estar en riesgo es cuando nos percatamos que son transportadas de un lugar a otro sin su consentimiento, las personas son amenazadas o violentadas para que pidan dinero, son castigadas si no reúnen cierta cantidad específica y no pueden moverse libremente.
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La institución invita a la ciudadanía a sumarse al combate contra la mendicidad forzada, denunciando casos en los que se presuma explotación o control de personas en situación de calle al 800 55 33 000 o bien a través de las redes sociales oficiales.
Al actuar con empatía y responsabilidad, los ciudadanos pueden ayudar a romper los ciclos de abuso que afectan a miles de personas diariamente en el país. La denuncia es anónima y puede marcar la diferencia en la vida de una víctima.