Mucho antes de ser reconocida como la colonia Independencia, este barrio de Monterrey fue conocido como “Barrio San Luisito”, un asentamiento que surgió en la segunda mitad del siglo XIX, al inicio del proceso de industrialización de la ciudad, con la llegada de migrantes provenientes del estado de San Luis Potosí.
Originalmente conocido como “Repueble del Sur” –espacio que hoy ocupa la colonia Independencia y Nuevo Repueblo–, el área se caracterizaba por sus campos donde pastaban cabras y ovejas, muy distinto al entorno urbano actual.
Fue en 1910, durante los festejos por el primer centenario de la Independencia de México, cuando el barrio adoptó el nombre de la colonia Independencia. Sin embargo, la memoria colectiva mantuvo vivo el nombre de San Luisito, especialmente gracias a su mención en el Corrido de Monterrey y al fuerte arraigo cultural de sus habitantes.
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Cultura, música y fe
La colonia Independencia ha sido semillero de arte, música y tradición. La figura de Celso Piña, pionero de la cumbia rebajada en Monterrey, es uno de los orgullos más grandes de esta zona, pues fue aquí donde surgieron numerosos sonideros, que marcaban el ambiente en cada cuadra y dieron identidad musical al barrio.
La religión no se queda atrás, pues es el hogar de la Basílica de Guadalupe, uno de los templos más tradicionales de Nuevo León, y epicentro de las danzas de palma, como la danza “Daguci”, que inicia su peregrinaje cada 11 de diciembre con matachines.
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Un símbolo de comunidad
Más allá de su historia y sus tradiciones, lo que distingue a este barrio es su gente. Muchos coinciden en que la verdadera esencia de la colonia está en la solidaridad de sus vecinos, en la cercanía del trato y en el orgullo de pertenecer a un lugar que ha sabido resistir y transformarse sin perder su identidad.
El Puente San Luisito, hoy conocido como el Puente del Papa, fue testigo de encuentros culturales, inundaciones históricas como la de los huracanes Alex y Gilberto, y hasta la visita del Papa Juan Pablo II. Estos momentos han quedado grabados en la memoria de generaciones enteras, que siguen llamando a este lugar su hogar.
Para quienes han crecido en la Independencia, mudarse a otro sitio no es opción, y es que esta colonia representa más que un espacio físico. Vecinos aseguran que este barrio es una historia viva de Monterrey y que quien no conoce la colonia Independencia, realmente no conoce la ciudad.