Un baile colombiano en Monterrey es mucho más que una simple fiesta, representa décadas de arraigo cultural entre la capital de Nuevo León y Colombia.
Estas reuniones, populares en barrios como La Independencia y La Campana, mezclan la cumbia, el vallenato y la cumbia rebajada, géneros que desde hace más de medio siglo se convirtieron en el corazón musical de sectores populares de la ciudad.
Los llamados “bailes colombianos” son eventos donde la música es operada por sonideros y grupos en vivo, atrayendo a cientos de asistentes que se identifican con la cultura “kolombia”, “colombia” o “cholombiana”, una expresión urbana que nació en Monterrey.
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Este movimiento fusiona sonidos tropicales, hip hop y punk, con una estética chicana, nostalgia migrante y un estilo de baile único que le da una identidad propia.
Sin embargo, esta manifestación cultural se ve marcada por la violencia que hay en la región, donde la noche del miércoles un operador de sonido fue asesinado a balazos durante un baile colombiano en la colonia Cerro de la Campana, al sur de Monterrey.
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El ataque ocurrió alrededor de las 23:20 horas en un evento donde participaba el grupo Parranda Mu y decenas de asistentes.
La víctima, identificada como Iván Zárate de 33 años –conocido como “El Black”–, recibió disparos mientras trabajaba cerca del escenario. Aunque fue trasladado a un hospital, minutos después se confirmó su muerte.
La tragedia conmocionó al entorno cumbiambero y puso bajo la lupa estos tradicionales encuentros, donde la pasión por la música se mezcla con la realidad de las colonias populares de Monterrey, un lugar donde la cumbia, el baile y el sentir colombiano forman parte esencial de la identidad local.