Durante las décadas de los 90 y principios de los 2000, Las Muñequitas Elizabeth se convirtieron en un fenómeno infantil que marcó a generaciones en Monterrey y gran parte del norte de México.
Hoy, aunque alejadas de los reflectores televisivos, su legado continúa vigente a través de presentaciones en vivo, redes sociales y el recuerdo de miles de seguidores.
Originadas en Monterrey, el concepto fue creado por Elizabeth Aguilar, quien además de dirigir el grupo, también lo protagonizaba, años después se lo sumó su hermana Ana Celia Zúñiga, quien juntas tomaron mucha popularidad en las fiesta infantiles, por lo que fueron convocadas para el show “El Taller de los Muñecos”, en el Canal 28 de Monterrey, naciendo así sus apodos de “Muñequita Elizabeth” y “Muñequita Ana Celia”.
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Las coloridas botargas, trajes llamativos, coreografías alegres y canciones infantiles lograron un fuerte impacto cultural y se convirtieron en una referencia obligada en fiestas infantiles, eventos escolares y canales locales.
Ya con bastante popularidad en Nuevo León, para el año 1991 nace el programa que las consolidaría como animadoras infantiles en La Casita de la Muñequitas.
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A ellas se habían sumado Belynda Treviño, quien fue la tercer muñequita por cerca de dos años, pero luego de lanzar el Audio Cassete número cuatro, salió del programa.
Para 1999 Las Muñequitas Elizabeth ya había grabado un total de siete álbumes con 20 éxitos a lo largo de sus ya 20 años de trayectoria. En ese momento los temas más populares era: “Muñecas preciosas”, “Qué lindo lugar es este”, “Que llueva”, “Tres pecesitos”, “Sol solecito”, “La Pelota” y “Alondrita”.
Con el paso de los años, la televisión local fue perdiendo fuerza frente al auge del contenido digital. Aun así, el grupo logró adaptarse y mantener su presencia a través de presentaciones privadas, activaciones comerciales y una comunidad nostálgica que sigue activa en plataformas como Facebook y YouTube.
¿Aún existe el concepto de Las Muñequitas?
Actualmente, las integrantes originales y algunas nuevas generaciones de “muñequitas” continúan dando vida al proyecto, manteniendo viva la magia que encantó a tantas infancias. Incluso, es común ver sus shows en celebraciones familiares, donde niñas y niños conocen por primera vez a los personajes que marcaron la infancia de sus padres.
El fenómeno de Las Muñequitas Elizabeth demuestra que, pese al paso del tiempo, las propuestas locales con identidad propia pueden mantenerse vivas gracias a la conexión emocional con su audiencia.