La influencer mexicana Alana Flores denunció el día de ayer públicamente haber sido víctima de una imagen íntima falsa creada con inteligencia artificial, un caso que rápidamente llamó la atención en redes sociales, especialmente por el uso de tecnología deepfake con fines de acoso digital.
La también streamer reveló a través de sus redes sociales que su rostro fue manipulado digitalmente y colocado en una escena íntima que nunca ocurrió, lo que ha afectado profundamente su salud emocional.
“No es real. Y sí voy a buscar demandar”, escribió en su cuenta de X (antes Twitter), donde también informó que ya identificó al presunto responsable de difundir el contenido falso.
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Alana reveló en un video todo el impacto psicológico que ha tenido esta situación. Visiblemente afectada, aseguró que ha requerido ayuda médica y atención psiquiátrica por la ansiedad y desgaste mental provocados por el acoso y la difusión del contenido manipulado en la que aparece en un acto sexual oral.
“Últimamente mi mundo se ha convertido en un caos sin control”, expresó.
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¿Qué es el ‘deepfake’?
El llamado deepfake es una técnica que utiliza inteligencia artificial para superponer imágenes, videos o audios de una persona en contenidos falsos, haciéndolos parecer reales.
Aunque esta tecnología tiene aplicaciones legítimas en el entretenimiento o la educación, también ha sido utilizada para fines maliciosos, como crear pornografía falsa, alterar discursos políticos o difamar públicamente a personas.
Consecuencias legales del deepfake en México
Actualmente, el uso de deepfakes para generar contenido íntimo no consentido puede ser sancionado bajo diversas leyes mexicanas:
Ley Olimpia: Incluye sanciones por violencia digital, incluyendo la difusión de contenido íntimo sin consentimiento, aunque no sea real, si se usa con fines de daño o acoso.
Código Penal Federal: La suplantación de identidad, daño moral, difamación o el uso indebido de imagen también son figuras aplicables.
Las penas pueden ir de 3 a 6 años de prisión, además de multas económicas y reparación del daño. En estados como Ciudad de México, Nuevo León, Jalisco o Puebla, existen agravantes si el contenido está relacionado con deepfake o IA.
