El reciente derrame de ácido en el arroyo La Talaverna, causado por la empresa Ternium, ha tenido graves repercusiones para la fauna silvestre de la región, según informaron autoridades locales.
Parques y Vida Silvestre de Nuevo León ha intensificado las inspecciones en el área afectada tras descubrir animales muertos, que incluyen tortugas de concha blanda, una especie protegida por la SEMARNAT.
Durante estas visitas, los técnicos de Vida Silvestre han constatado la desaparición progresiva de cadáveres de ejemplares, especialmente en los tramos donde brigadas de la empresa han realizado trabajos de limpieza. Sin embargo, Ternium aún no ha emitido un reporte oficial sobre los daños causados a la fauna ni sobre los animales afectados por las quemaduras provocadas por el derrame.
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El Director de Parques y Vida Silvestre, Glen Villarreal Zambrano, expresó su preocupación por el impacto ambiental que ha causado el incidente, el cual resaltó que es una violación grave a las normativas ambientales.
“Si un civil mata a UN tlacuache, le va mal, si mata a una tortuga concha blanda, con protección especial por la NOM-059, imagínate. Seguimos inspeccionando e informando. Hay que RE PENSAR el modelo de ciudad, no tienen por qué existir tanques de ácido de Ternium apuntando a un río”, manifestó Villarreal Zambrano a través de un comunicado.
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En el mismo comunicado, Parques y Vida Silvestre de Nuevo León mencionó que continuará con las investigaciones y presentará los resultados sobre el impacto en la fauna local, especialmente en especies protegidas.
Además, subrayan que se mantendrán en coordinación con las autoridades correspondientes para asegurar que se tomen las medidas legales y ambientales, haciendo énfasis en un llamado urgente de reestructurar el modelo de desarrollo urbano y su relación con el entorno natural que hay en la región.
“PVSNL establecerá coordinación con las autoridades correspondientes para garantizar que este caso se lleve hasta las últimas consecuencias legales y ambientales. Las afectaciones a la salud humana y a la biodiversidad no pueden seguir siendo tratadas como daños colaterales”.