Cada año, durante la Semana Santa, especialmente en Viernes Santo, resurge una de las creencias más arraigadas en la cultura popular mexicana: la idea de que bañarse ese día puede traer mala suerte, enfermedades o incluso la muerte.
Aunque no está respaldada por la doctrina católica ni por ningún texto oficial de la Iglesia, la advertencia se mantiene vigente, sobre todo en comunidades rurales y entre generaciones mayores.
¿Por qué se cree esto?
De acuerdo con esta tradición oral, el Viernes Santo es un día sagrado en el que se conmemora la crucifixión y muerte de Jesucristo, por lo que muchos fieles creen que es un día de luto, recogimiento y respeto.
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Según esta visión, realizar ciertas actividades cotidianas —como bañarse— podría interpretarse como una falta de respeto o incluso una provocación divina ya que se cree que el agua no esta bendita este día.
¿La religión realmente lo prohíbe?
Desde el punto de vista religioso, sin embargo, no existe ninguna prohibición formal sobre bañarse en Viernes Santo. Padres y teólogos han aclarado en múltiples ocasiones que esta costumbre no tiene un sustento en las enseñanzas de la Iglesia Católica, sino que proviene más bien de creencias populares que se han mezclado con la fe.
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Este tipo de tradiciones forman parte del sincretismo cultural que caracteriza a muchas celebraciones en México, en donde elementos indígenas, supersticiones y religiosidad conviven dentro de la misma conmemoración.
Hoy en día, la mayoría de las personas toma esta creencia con sentido anecdótico o como una curiosidad folclórica. Sin embargo, todavía hay quienes prefieren evitar el baño ese día “por si acaso”.
