A pesar de la reciente recuperación de las presas en Nuevo León, especialistas advierten que garantizar el suministro de agua a largo plazo requiere estrategias de gestión eficiente y consumo responsable. La Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) indicó que tiene un compromiso con la investigación y la educación para fomentar una cultura del cuidado del recurso.
¿Por qué es necesario mantener la cultura del agua?
El estado atravesó un periodo de ocho años de sequía debido a precipitaciones por debajo del promedio. Sin embargo, la tormenta tropical Alberto en 2024 permitió una recuperación significativa en los niveles de los embalses estatales.
Víctor Guerra Cobián, director del Centro Internacional del Agua de la UANL, advierte que estos fenómenos no deben generar una falsa sensación de seguridad.
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“La tormenta tropical Alberto nos dio un respiro, pero no podemos depender de eventos climáticos para garantizar el suministro de agua en el futuro”, señaló.
Consumo responsable: clave para evitar crisis
A pesar de la recuperación de las presas, el consumo excesivo sigue siendo un desafío. En la actualidad, el promedio de consumo en la zona metropolitana de Monterrey es de 140 a 150 litros por persona al día, cuando lo recomendable es no superar los 100 litros.
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Para reducir esta cifra, Guerra Cobián sugiere la adopción de medidas de eficiencia en el hogar, como el uso de dispositivos ahorradores y el aprovechamiento de agua residual tratada. Además, enfatizó la necesidad de campañas permanentes de concientización impulsadas desde instituciones públicas.
La Universidad Autónoma de Nuevo León tiene un papel activo en la gestión del agua en el estado. A través de la Facultad de Ingeniería Civil, participa en proyectos que buscan mejorar la eficiencia hídrica en la entidad. Algunos de ellos incluyen:
- Modelación de presiones en redes de distribución para reducir pérdidas de agua.
- Supervisión de la construcción de la Presa Libertad.
- Estudios sobre la contaminación del Río Santa Catarina.
Además, la UANL ha implementado medidas de uso eficiente del agua en sus campus, como sistemas de riego inteligente con agua residual tratada, grifos de bajo flujo, equipos sanitarios de bajo consumo y un programa de tratamiento de aguas residuales en todas sus instalaciones.