La Iglesia Católica no contempla el divorcio, pero sí existe la nulidad matrimonial, un proceso que determina si el matrimonio religioso fue válido desde su origen.
A diferencia del divorcio civil, la nulidad no “termina” un vínculo, sino que establece que nunca existió sacramentalmente debido a la falta de condiciones adecuadas al momento del consentimiento.
De acuerdo con especialistas en derecho canónico, la nulidad puede solicitarse cuando se demuestra que, durante el noviazgo, en el momento de la ceremonia o en el inicio de la vida matrimonial, existieron factores que afectaron la libertad o la capacidad para decir “sí”.
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Ejemplos para solicitar la nulidad matrimonial
Casos como casarse siendo menor de edad por presión familiar, hacerlo por miedo tras un embarazo inesperado o por reputación social pueden ser indicios de que el consentimiento no fue auténtico.
Otros motivos frecuentes incluyen engaños graves descubiertos después de la boda, como ocultar un matrimonio civil previo, hijos fuera de la relación o adicciones a drogas o alcohol que comprometen la estabilidad del compromiso.
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La falta de comprensión sobre el carácter permanente del matrimonio también puede influir en que la unión sea declarada inválida.
Aunque muchas parejas creen que no hay alternativas tras una separación, la Iglesia cuenta con tribunales especializados que analizan cada caso de manera confidencial.
La Iglesia declara nulo e inválido el matrimonio religioso cuando las partes (interesadas) prueban, a través de un juicio, en el Tribunal Eclesiástico competente, que en el momento de la celebración del mismo, se dio alguna de las causas que producen la nulidad.
La nulidad no es automática ni garantiza un resultado, pero representa una vía para quienes desean regularizar su situación espiritual o comprobar si su matrimonio fue verdaderamente sacramental.
La parte solicitante, o parte actora, de ninguna manera puede programar celebración de un nuevo matrimonio canónico sin que, antes conste, que efectivamente el matrimonio es nulo, mediante una sentencia. E