El posible uso del agua proveniente de Nuevo León para cumplir con el Tratado de Aguas de 1944 con Estados Unidos ha generado una postura cautelosa y técnica por parte de las autoridades locales.
Luego de que la Presidenta Claudia Sheinbaum mencionara la posibilidad de incluir a la entidad en el esquema de pagos, el director de Agua y Drenaje de Monterrey, Eduardo Ortegón, expresó públicamente su esperanza de que la contribución del estado sea mínima o, idealmente, no requerida.
En una reciente entrevista, Ortegón presentó la razón técnica fundamental por la cual el estado considera que no debería aportar agua al compromiso binacional: el caudal del río San Juan, que alimenta la importante Presa El Cuchillo, no se almacena en las presas internacionales.
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El agua de este afluente, al desembocar en el río Bravo, finalmente continúa su curso hacia el Golfo de México, pues no existe infraestructura que permita su almacenamiento en los embalses binacionales.
"Si bien en el acta 331 están considerando al río San Juan para pagar adeudos, hay una razón muy importante por la cual no está dentro del Tratado de 1944", subrayó Ortegón.
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Explicó que los seis afluentes históricamente incluidos en el acuerdo binacional —Conchos, Las Vacas, San Diego, Escondido, Salado y Pecos— se ubican aguas arriba de las presas internacionales La Amistad y Falcón, las cuales son clave para la distribución de los volúmenes de agua entre México y Estados Unidos.
A diferencia de estos, el agua proveniente del San Juan no se almacena en ninguna de las presas internacionales, lo que, según el funcionario, hace que su llegada al Bravo no garantice la disponibilidad necesaria para cumplir los compromisos.
"Buena parte acaba en el Golfo de México", reiteró el director de la paraestatal.
Respecto al volumen específico que la Federación podría solicitar eventualmente, Ortegón señaló que aún no cuenta con los elementos suficientes para hacer una proyección. Sin embargo, aseguró que existe una comunicación constante y mesas de trabajo activas con el Organismo Cuenca del Río Bravo y la Comisión Internacional de Límites y Aguas.
Finalmente, aunque fue respetuoso de las decisiones federales, recalcó la prioridad máxima de la paraestatal: "El principal uso de la Presa El Cuchillo es para abastecer a la Ciudad de Monterrey, estamos haciendo las gestiones correspondientes para que esta agua sea conservada para el área metropolitana y se dé prelación al uso público urbano".