NUEVO LEÓN

Clausuran panadería en Monterrey que operaba como crematorio clandestino de mascotas

Vecinos denunciaron durante semanas olores fétidos en la colonia Caracol; hoy se confirmó que provenían de un crematorio ilegal oculto en una panadería.

Créditos: Google Maps
Escrito en NUEVO LEÓN el

Una panadería ubicada en la colonia Caracol, en Monterrey, fue clausurada este viernes luego de que autoridades confirmaran que en su interior operaba un crematorio clandestino de mascotas.

El caso ya había generado preocupación entre los vecinos desde hace varias semanas, cuando comenzaron a reportar olores fétidos, humo constante y actividad sospechosa durante las noches.

El establecimiento, conocido como “Panadería Lisboa”, se encuentra entre las calles José María Morelos y Genaro Garza García, a unos metros de la avenida Garza Sada.

Aunque funcionaba bajo la fachada de panadería artesanal, vecinos habían advertido desde inicios de noviembre que el lugar permanecía cerrado la mayor parte del tiempo, pero recibía visitas esporádicas de vehículos y mostraba movimientos que no coincidían con la actividad de un negocio abierto al público.

La tarde de este 21 de noviembre, tras nuevos reportes de olores intensos, se registró una movilización policiaca que incluyó a elementos de Protección Civil, Servicios Periciales, el Instituto de Criminalística y personal de la Secretaría de Medio Ambiente.

Al ingresar al establecimiento, autoridades confirmaron que el local operaba como crematorio irregular de animales y que no contaba con permisos, señales de autorización, controles sanitarios ni medidas ambientales requeridas para este tipo de actividad.

El hallazgo fue catalogado como una situación grave por el impacto ambiental y las condiciones en las que presuntamente se manejaban los restos de mascotas.

Tras la inspección, se colocaron sellos oficiales de clausura y el local quedó asegurado para continuar con las investigaciones.

Los residentes, desde inicios de mes, habían señalado que la panadería, aunque lucía cerrada casi todo el día, presentaba actividad interna inusual y un flujo intermitente de vehículos que se estacionaban en la banqueta o ingresaban directamente al interior del edificio.

Según testimonios, esta operación irregular habría funcionado durante al menos tres meses, causando constantes molestias, especialmente por los olores que se quedan en los hogares.