La osa Mina, rescatada del Parque La Pastora tras presuntas irregularidades en su tratamiento, continúa mostrando avances significativos en su recuperación; un nuevo video difundido en redes sociales por la Fundación Invictus permite verla con un semblante más animado mientras es alimentada, en contraste con el estado crítico en el que fue reportada inicialmente cuando se encontraba en Nuevo León.
En las imágenes se observa a Mina ingiriendo su comida con mayor entusiasmo, además de presentar menos lesiones visibles en la piel.
Cuando su caso fue denunciado públicamente en Nuevo León, la ejemplar sufría dermatitis severa, deshidratación y múltiples padecimientos que afectaban no solo su apariencia física, sino también sus órganos. Actualmente, algunas zonas de su cuerpo comienzan a mostrar crecimiento de pelaje, lo que indica una evolución favorable en su proceso de regeneración.
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De acuerdo con Erika Ortigoza, directora de la asociación con sede en Pachuca, Mina arribó en septiembre con un estado de salud grave: su corazón funcionaba apenas al 20 por ciento; tras semanas de tratamiento intensivo, ese funcionamiento ha mejorado hasta alcanzar un 85 por ciento.
La dieta de recuperación incluye alimentos especialmente preparados para animales con necesidades médicas, así como manzanas, miel con propóleo, proteínas, Omega 3, hierro, ácido fólico, diversas vitaminas y un multivitamínico diario. Según el equipo de la fundación, este plan busca reforzar su sistema inmunológico y favorecer la reconstrucción de tejidos dañados por la desnutrición y la dermatitis.
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Mina permanece en un espacio controlado, libre de moscas, con calefacción y nebulizaciones dentro de una incubadora, debido a que no puede exponerse al sol ni convivir con otras especies en esta etapa.
Estas terapias ayudan a estabilizar su temperatura corporal y mejorar su respiración, ya que la desnutrición le provocó afectaciones en varios órganos, incluida una secuela neurológica.
Aunque su estado sigue siendo delicado, la directora informó que la ejemplar ha logrado subir diez kilos en 52 días, un indicador de progreso significativo dentro de un tratamiento que continúa siendo de terapia intensiva.