La reciente confrontación legal entre el exgobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, y su exesposa, Adalina Dávalos, escaló este jueves tras la difusión de un comunicado público donde ella aseguró que el conflicto no gira en torno a una vivienda en García, sino a un contexto de violencia, abandono y responsabilidades familiares pendientes.
El caso se hizo público luego de que ambos presentaran denuncias ante la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León por presuntos hechos de amenazas, despojo y privación del acceso a la propiedad. La disputa involucra una casa ubicada en el centro de García, así como versiones opuestas sobre lo ocurrido la noche del 2 de noviembre.
De acuerdo con la denuncia de Adalina Dávalos, ese día acudió con sus hijos a visitar a Rodríguez en un evento en Coahuila y, al regresar, decidió quedarse en la vivienda en García. Según su versión, el exmandatario reaccionó con amenazas y llegó al inmueble acompañado de escoltas, presuntamente bajo los efectos del alcohol. La ex primera dama señaló que su hermana fue agredida en el brazo cuando intentaba grabar lo ocurrido y que Rodríguez se retiró del lugar luego de que llamaran al 911.
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Por su parte, Rodríguez Calderón declaró ante las autoridades que él tenía un acuerdo para habitar esa casa tras el divorcio, mientras su exesposa e hijos residirían en un departamento en La Capital, en Monterrey. Afirmó que el inmueble es su domicilio y que el día del incidente fue “despojado” del lugar, donde tenía dinero en efectivo, documentos y pertenencias personales. También señaló que continúa cubriendo gastos de manutención, educación y servicios de sus hijos.
Mientras la Fiscalía continúa con la investigación y aún no se reportan detenciones ni aseguramientos formales, Dávalos difundió este jueves un posicionamiento público para aclarar su postura. En el documento, rechazó que se trate de una pugna por bienes y aseguró que decidió hablar tras años de silencio.
¿Qué dijo Adalina Dávalos?
“Este asunto no se trata de una pelea por una casa, sino de un acto de dignidad, de amor propio y de protección hacia mis hijos”, afirmó.
También señaló que durante el matrimonio enfrentó acciones de “violencia, control y desvalorización”, lo cual la mantuvo en silencio por mucho tiempo. “Hoy, por mí y por mis hijos, he decidido recuperar mi voz”, agregó.
En su comunicado, Dávalos enfatizó que el trasfondo del conflicto está lejos de ser material.
“Reducir esta situación a una disputa por un bien material es una forma de borrar el contexto de abandono y violencia” que, dijo, vivió junto a sus hijos.
También señaló que busca reconocimiento al esfuerzo y responsabilidad compartida dentro de la familia: “Detrás de las apariencias y los discursos, hay una familia que no ha sido tratada con la sensibilidad ni con la responsabilidad que merece”.
Dávalos reiteró que su postura no está motivada por venganza, sino por justicia:
“No busco venganza. Busco verdad, respeto y un cierre digno para nuestra historia”.
La disputa legal continúa abierta mientras ambas versiones son analizadas por la Fiscalía. El caso se suma a la atención pública que ha rodeado al exgobernador desde su salida del cargo.