FESTIVIDADES

¿Qué se festeja más en Nuevo León? Halloween o Día de Muertos, esto dice la IA al respecto

Un análisis de inteligencia artificial revela que, aunque Halloween gana fuerza entre los jóvenes, el Día de Muertos sigue siendo la celebración más significativa para los nuevoleoneses, reflejando el equilibrio entre tradición y modernidad.

Altares coloridos y disfraces creativos conviven en Monterrey durante las celebraciones de Halloween y Día de Muertos.
Altares coloridos y disfraces creativos conviven en Monterrey durante las celebraciones de Halloween y Día de Muertos.Créditos: Canva
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En la capital de Nuevo León, la llegada del otoño desata un fenómeno cultural de doble cara: la festividad anglosajona de Halloween y la milenaria tradición mexicana del Día de Muertos .

La pregunta sobre cuál de las dos domina la escena regiomontana es un debate constante, pero la realidad, marcada por la cercanía con Estados Unidos, sugiere una coexistencia donde el truco o trato ha gozado históricamente de un mayor arraigo popular y comercial.

Diversos análisis y tendencias de búsqueda, como las reportadas por Google Trends, han señalado consistentemente que en estados fronterizos como Nuevo León, la balanza de interés en la web se ha inclinado con más frecuencia hacia el término "Halloween".

Esta inclinación se materializa en la proliferación de fiestas de disfraces masivas en antros y colonias, así como en la fiebre por los “Pumpkin Patch” (parches de calabazas) que emula la cosecha americana, convirtiéndose en spots fotográficos obligatorios para millas de familias regias.

El gasto en dulces, decoraciones de terror y atuendos para la Noche de Brujas impulsa anualmente una derrama económica considerable en el comercio local.

No obstante, en la última década, la celebración del Día de Muertos ha experimentado un resurgimiento monumental, impulsado por iniciativas culturales y un renovado orgullo nacional.

Eventos de alto impacto como el Desfile de Calaveras en la Macroplaza, la instalación del magno Altar de Muertos en el Museo de Historia Mexicana y festivales temáticos como Xantoluz, han logrado posicionar la esencia de la tradición prehispánica y colonial.

Hoy en día, el panorama es más un híbrido festivo que una competencia, donde los niños piden su dulces la noche del 31 de octubre y, al día siguiente, las familias se congregan para colocar ofrendas con flores de cempasúchil, pan de muerto y la comida favorita de sus ancestros.

Monterrey no ha elegido; ha fusionado. La ciudad se convierte en un crisol donde la alegría lúdica de los monstruos y fantasmas se mezcla con la solemne y colorida memoria de las Catrinas, creando una temporada de celebración ininterrumpida que honra tanto al vecino del norte como a las profundas raíces mexicanas.