Manola Díez rompió en llanto durante una de las actividades de La Granja VIP al recordar el accidente que sufrió su hijo, y compartió con sus compañeros del reality el dolor que ha marcado su vida. La actriz expresó que, aunque ha hablado del tema en varias ocasiones, la tristeza sigue presente y forma parte de quién es hoy.
Durante la charla con los demás participantes, Manola reflexionó sobre cómo su carácter explosivo y su enojo constante tienen un trasfondo de dolor y experiencias difíciles.
“Siempre he dicho que detrás de una historia de una persona difícil, hay una historia difícil”, señaló, destacando que su enojo no es dirigido hacia nadie, sino que surge de situaciones que ha vivido y que sigue enfrentando.
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“La verdad es que lo he contado tantas veces que hasta yo me canso ¿sabes? Sé que hay gente que no me conoce, pero han pasado los años y claro que sigue doliendo”, comentó.
La artista enfatizó que respeta la privacidad de su hijo y que él mismo le ha pedido que no aborde el tema con detalle, pero admitió que la tristeza permanecerá con ella toda la vida. Aclaró que su manera de mostrarse enojona y gruñona no refleja maldad, sino la carga emocional que lleva consigo.
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“Quiero respetar a la persona que es mi hijo, que no quiere que hable de ese tema porque lo he hablado mucho. Hay dolor, pero pues nadie tiene la culpa. Es una situación muy personal que a mí me afecta, yo creo que hasta el día de mi muerte. Me va a doler, es obvio, porque se trata de la persona que más amo en este mundo.
“Pido perdón a mis compañeros porque pues como digo, ellos no tienen la culpa, pero pues sí soy bien enojona, la verdad, bien gruñona y este me desquito. A veces me enojo por todo y por nada, pero pues sí”, confesó.
¿Qué pasó con su hijo Max López Díez?
El accidente de su hijo ocurrió en 2012 cuando tenía seis años, durante unas vacaciones familiares en Cancún. Mientras Manola Diez estaba en la Ciudad de México grabando una telenovela, el niño quedó al cuidado de familiares y sufrió una grave lesión en un ojo al intentar abrir una gelatina con un cuchillo de madera.
Aunque los médicos lograron salvar el globo ocular, la lesión le provocó la pérdida irreversible de la vista en ese ojo. Manola regresó a casa y trató de mantener la calma para no alarmar a Max, quien mostró madurez durante su situación. Ante lo sucedido, la actriz decidió pausar su carrera para acompañar a su hijo en su recuperación y adaptación, dejando en segundo plano su trabajo en telenovelas.
