La pérdida de un bebé durante el embarazo, el parto o poco después de nacer desencadena un duelo profundo conocido como “duelo perinatal o gestacional”.
A diferencia de otros tipos de duelo, este suele ser socialmente invisibilizado, lo que dificulta aún más su proceso para los padres.
Desde el momento en que una pareja decide buscar un hijo, comienza a formarse un vínculo emocional.
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Este vínculo se intensifica con la gestación, y cuando ocurre una pérdida, el impacto emocional es devastador, independientemente de la etapa del embarazo.
El duelo perinatal incluye fases como el shock, negación, ira, tristeza, y finalmente, la aceptación.
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No obstante estas etapas no siempre ocurren en un orden específico, y cada persona transita este proceso a su propio ritmo, incluso, pueden volver a una fase anterior.
Uno de los mayores retos es la falta de apoyo social, ya que algunas personas suelen minimizar el dolor de la pérdida, sugiriendo que los padres pueden tener otro hijo, lo que descalifica el sufrimiento vivido y complica aún más el proceso de duelo.
Este tipo de reacciones contribuyen a que los padres sientan que deben enfrentar su dolor en silencio.
¿Qué pueden hacer los padres para llevar su duelo tranquilamente?
- No reprimir emociones. Llorar y expresar el dolor es parte del proceso.
- Conservar recuerdos del bebé. Objetos como ecografías o prendas pueden ayudar a honrar su memoria.
- Buscar apoyo. Familiares, amigos y grupos de apoyo pueden ser de gran ayuda.
- Ayuda profesional. Psicólogos especializados en duelo pueden ofrecer herramientas para gestionar el proceso.
Escuchar, empatizar y validar los sentimientos de los padres sin minimizar el dolor, puede marcar una gran diferencia en el camino hacia la aceptación.