En septiembre de 2004, Monclova fue testigo de un crímen que hasta el día de hoy, continúa sin resolverse. Daisy Jacqueline Tavares Niño, una joven enfermera de 23 años, perdió la vida de manera violenta mientras trabajaba en el turno nocturno del desaparecido Hospital Libanés, ubicado en el Sector El Pueblo.
¿Qué sucedió con Daisy Jacqueline?
Tavares, quien había dado a luz a su primera hija tan solo siete meses antes, fue encontrada sin vida al amanecer por el personal que llegaba para el cambio de turno.
Su cuerpo mostraba múltiples heridas, incluyendo fracturas severas en el cráneo que, de acuerdo con el informe forense, le causaron la muerte. Además, se documentaron lesiones en la pelvis, la pierna derecha y diversos hematomas y contusiones en varias partes de su cuerpo, lo que apuntaba al uso de un arma contundente, posiblemente un hacha.
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Además, se encontró que el cuerpo de Daisy había sido arrastrado aproximadamente 50 metros, dejando un rastro de sangre que reforzó la teoría de un asesinato planeado y violento.
¿Qué pudo haber pasado?
Las primeras hipótesis sugirieron que el crimen podría haber sido un acto de venganza, un ataque pasional o incluso el acto de una persona con perturbaciones mentales. Sin embargo, a pesar de estas líneas de investigación, el caso nunca se resolvió.
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Uno de los principales sospechosos en el inicio de las indagatorias fue un exnovio de la víctima, pero las autoridades no lograron recabar pruebas suficientes para incriminarlo.
Posteriormente, se reveló un testimonio perturbador: Daisy había compartido con amigos y familiares que, en varias ocasiones, había visto a una persona observándola desde la contraesquina del hospital. Este dato inquietante nunca fue completamente investigado ni esclarecido.
El Hospital Libanés cerró sus puertas tiempo después del crimen; con el paso de los años, el edificio abandonado y en ruinas se convirtió en el origen de numerosas leyendas urbanas; hay quienes aseguran haber visto apariciones en los pasillos deteriorados del hospital.