El Consejo Agropecuario de Nuevo León (CEA-NL) pronostica un aumento significativo en la producción agrícola del estado durante los próximos dos años, gracias a las lluvias generadas por la Tormenta Tropical Alberto y las precipitaciones que han continuado a lo largo de 2023.
Se espera que, para el cierre de 2024, se tenga una producción de 764 mil 719 toneladas de los diferentes cultivos, que significa un crecimiento de 6.6% o 47 mil 531 toneladas en comparación a las 717 mil 188 de 2023.
Eladio González Peraza, presidente del CEA-NL, señaló que la recuperación hídrica tras la tormenta de junio ha sido clave para la mejora en los rendimientos agrícolas. Entre los cultivos más beneficiados se encuentran la cebolla, la alfalfa, la avena forrajera en verde, la naranja y el tomate rojo, que han registrado incrementos significativos en sus volúmenes de producción en los primeros ocho meses del año.
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Las regiones de Galeana, General Terán, Montemorelos, Cadereyta y Aramberri son las que han experimentado los mayores beneficios, según el CEA-NL. Este crecimiento no solo repercute en la producción agrícola, sino también en la economía local y en la seguridad alimentaria de la región.
Los pronósticos para 2025 son aún más alentadores, ya que el Consejo prevé que las lluvias continúen mejorando las condiciones del suelo, lo que podría elevar la producción por encima de las cifras de 2024.
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¿Cómo beneficiaron las lluvias?
Entre enero y agosto de 2023, algunos cultivos han mostrado incrementos sobresalientes. La cebolla registró un crecimiento de 1,000.5%, alcanzando 4,200 toneladas adicionales en comparación con el año anterior. Otros productos como la alfalfa, la avena forrajera en verde, la naranja y el tomate rojo también han tenido aumentos significativos en su producción.
Para el cierre de este año, se espera que cultivos como la naranja, la papa, el trigo, el tomate rojo, la toronja y el maíz grano mantengan una tendencia al alza, mientras que algunos, como el maíz forrajero en verde y el sorgo, podrían registrar leves caídas en su producción.
El CEA-NL destacó que la dependencia de las lluvias sigue siendo un desafío importante para el sector agrícola de Nuevo León, afectando tanto la productividad como la estabilidad económica de la región.
La mejora en la captación de agua este año ha permitido revertir las pérdidas registradas en 2023, cuando los agricultores se vieron obligados a adelantar sus cosechas debido a la sequía.