En Nuevo León, hay un orfanato abandonado que parece haber quedado detenido en el tiempo. Los cuartos aún albergan camas, muebles, fotografías y hasta libros que acumulan polvo y telarañas, creando una atmósfera de melancolía y misterio.
Cada rincón parece contar una historia olvidada, y muchos se preguntan qué sucedió con los niños que una vez habitaron este lugar, pues su clausura está llena de interrogantes que despiertan la curiosidad de todos los que han escuchado hablar de él.
Se trata de una casa hogar administrada por monjas, exclusiva para niñas, que comenzó a construirse en la colonia Dulces Nombres, en el municipio de Pesquería, Nuevo León, hace casi 20 años, pero nunca se terminó.
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Algunos usuarios de TikTok, como Elmanureds, han entrado al sitio para documentar cómo se ve actualmente. Una de las estructuras que más llama la atención es un salón conocido como “el gran caracol”, que iba a ser una catedral y se llamaba así porque su fachada era similar a una concha en espiral.
El terreno en el que está construido el albergue es muy amplio, con decenas de cuartos y salones que ahora están rodeados de maleza y grafitis. El diseño de algunas partes de este orfanato también deja interrogantes: en el área de baños había tres sanitarios juntos, es decir, que no estaban separados por puertas, y había una ducha al frente.
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¿Por qué cerró el orfanato?
El lugar está cerca de un río, por lo que los testimonios de algunas personas que vivieron allí mencionan que las inundaciones eran frecuentes; en algunos casos, el agua alcanzaba hasta 40 centímetros de altura.
Hay quienes atribuyen su clausura a este motivo, mientras que otros señalan que fue porque la organización quebró en 2020 y tuvieron que suspender la construcción, pero no hay registro de que la agrupación religiosa emitiera algún comunicado al respecto.
Ahora, las paredes, llenas de grafitis y marcas del paso del tiempo, susurran secretos de un pasado que aún resuena en la memoria colectiva. Al interior de los cuartos, todavía abundan múltiples figuras religiosas. Trabajadores del lugar estiman que ha estado abandonado desde hace unos cinco años.