En 1907, José María Kishiro Furukawa Kameyana llegó desde Japón a México, sin saber que estaba a punto de hacer historia en Nuevo León.
En una entrevista para MVS Noticias Monterrey, Daniel Furukawa (nieto de Kishiro), junto a su tío Vicente Furukawa García de 94 años (hijo de Kishiro), recuerdan y comparten la emotiva historia de cómo se introdujeron las máquinas de Yuki en Monterrey.
José María Kishiro, junto con otros japoneses importaron las máquinas de Yuki desde Japón para comenzar a vender estos helados en las calles, por allá de los años veintes. Aunque no fue el único japonés que incursionó en la venta de Yukis en México, Kishiro Furukawa quien bautizó a esta deliciosa preparación a base de hielo con el nombre de "Yuki", que significa nieve en español, por eso en otros estados se les conoce más por otros nombres como: raspados, troles o granizado.
Te podría interesar
Daniel y Vicente, orgullosos de sus raíces regiomontanas, relatan la historia de Kishiro, quien, después de vivir una época difícil durante la Segunda Guerra Mundial y la persecución de japoneses en Nuevo León, decidió cambiar el rumbo de sus vidas iniciando un nuevo negocio vendiendo helados en la calle.
“Mas menos como en 1933 pusieron el negocio de fritangas, mi padre José María Furukawa. Aquí venía a la Alameda y en frente estaba un resbaladero grande. Más para allá estaban las barras, pasamanos, para hacer ejercicio. Y aquí empezaron a vender los Yukis”, recuerda el señor Vicente, quien era un niño en ese entonces y ahora ve lo diferente que luce uno de los lugares más importantes del Centro de Monterrey.
Te podría interesar
“Aquí en la Alameda había una pila y ahí es donde me enseñé a nadar sin que me dijera nadie, pero no sabía nadar por debajo del agua. En una ocasión nadé y me resbalé y me caí. Caí boca arriba y no me podía enderezar y ahí me estaba ahogando”, aún recuerda don Vicente.
Inicialmente, Kishiro Furukawa tuvo una tienda de abarrotes cerca de la Alameda. Más tarde, al darse cuenta de las limitaciones económicas de vender Yukis, decidieron cerrar el puesto. Aunque la venta de estos helados fue breve después de los años treintas, las tiendas de abarrotes prosperaron, y la familia se sintió orgullosa de contribuir positivamente a la comunidad.
“Mi abuelo tuvo una tienda de abarrotes aquí en Monterrey y esta era un negocio aparte, vamos a decir, era un puesto de fritangas. Mi tío me contaba que fue el primer puesto que hubo aquí la Alameda, que no había puestos, entonces ahorita está lleno, pero en aquellos años no había puestos”, menciona Daniel Furukawa.
Daniel reflexiona sobre el legado de su abuelo y la historia positiva de su familia. A diferencia de algunos japoneses que fueron soldados en guerras, Kishiro se destacó por vender Yukis y ser comerciante, convirtiendo sus "balas" en símbolos de amor y cariño. Este enfoque positivo en la vida dejó una huella duradera en la familia Furukawa.
“Yo me imagino que por eso terminaron de quitaron el puesto, por la inseguridad o más bien por la corrupción. Pero la verdad es que las historias de la familia son positivas, o sea, eso era porque ya después las tiendas de abarrotes vendían mucho y mi abuelo estaba muy orgulloso de su tienda, era una tienda muy grande y pues ayudaba mucho a la gente”, explicó Daniel.
“Muchos japoneses son orgullosos de que sus abuelos o descendientes de sus abuelos fueron guerreros que pelearon en la Revolución, este o inclusive algunos que pelearon en guerras en Japón y que luego vinieron a México, eran soldados militares. Yo la verdad me siento orgulloso que mi abuelo que no fue soldado y no tuvo que matar a nadie, y esa parte de que vendía Yukis me parece más bonito saber que que sus balas fueron de amor y fueron de cariño y fueron de ellos. Yo me imagino porque mi papá también tuvo negocios, tuvo una farmacia y la gente lo quería mucho a mi papá”, dijo Daniel.
Cabe mencionar que en Japón ya tampoco se hacen los Yukis, de la manera antigua con una barra de hielo. Aunque hay algunos puestos tradicionales en las calles, la nieve lo hace ahora una máquina eléctrica.
Como muestra, Daniel se trajo una máquina de Yukis antigua a Nuevo León, que cuenta fue una odisea traerla. Pero ahora tuvo la oportunidad de colocarla justo en el punto de la Alameda donde tenían el puesto sus ancestros.
“La pude traer por correo Nacionales de México, pero pudo llegar la máquina y pues aquí la tenemos como un recuerdo de los dioses”.
¿Qué significa Yuki?
Yuki significa nieve en japonés o Kakigori, como se conoce más en Japón. Este postre popular se consume durante el verano en festivales y playas en Japón. Se cree que la tradición de los Yukis se remonta a mediados de la era Heian (794-1785).
Entre los sabores más populares se encuentran limón, fresa, melón, uva y té verde.
Ahora que conocemos más de la historia detrás de los Yukis, estos se convierten en más que una simple golosina. Nos transportan a un Monterrey de antaño, donde la gente disfrutaba pasear por la Alameda, la ciudad era más tranquila y había tiempo para hacer citas románticas y crear recuerdos familiares mientras saboreaban un delicioso Yuki, en el mero corazón de Monterrey.