El estado de las presas en Nuevo León ha dado un giro notable en el último año. A finales de 2023, los niveles de almacenamiento en los embalses más importantes de la entidad reflejaban una situación preocupante, marcada por la escasez y los constantes cortes de agua que afectaron al área metropolitana.
Sin embargo, al cierre de 2024, la narrativa ha cambiado drásticamente, con niveles óptimos que traen alivio a la población y un respiro al panorama hídrico del estado.
Un 2023 crítico para las presas de Nuevo León
En diciembre de 2023, los datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) mostraban niveles alarmantemente bajos en las presas de Nuevo León.
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- La Boca, ubicada en Santiago, estaba al 11.49 por ciento de su capacidad, con un almacenamiento de apenas 4.54 millones de metros cúbicos.
- Cerro Prieto, en Linares, alcanzaba un modesto 11.27 por ciento, equivalente a 33.81 millones de metros cúbicos.
- El Cuchillo, en el municipio de China, mostraba una mejor situación relativa con un 44.07 por ciento, pero aún lejos de su capacidad total.
La falta de precipitaciones significó un desafío constante para los habitantes, quienes enfrentaron restricciones en el suministro de agua durante buena parte del año.
El contraste en 2024: Las presas al limite de desbordarse
Un año después, el panorama es completamente diferente. Según el último informe de Conagua del 23 de diciembre de 2024, los niveles de las presas superan con creces los registros previos:
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- La Boca alcanzó un impresionante 95.32 por ciento, con un almacenamiento de 37.64 millones de metros cúbicos, lo que representa un aumento extraordinario respecto al año anterior.
- Cerro Prieto está al 116.67 por ciento, con 350 millones de metros cúbicos, reflejando un nivel incluso por encima de su capacidad operativa normal.
- El Cuchillo muestra un almacenamiento de 106.60 por ciento, con un millón 197 mil 26 millones de metros cúbicos, consolidándose como el embalse más robusto del estado.
¿Qué explica el cambio tan drástico?
El incremento en los niveles de las presas se atribuye a lluvias abundantes durante la temporada de huracanes más específicamente a la tormenta tropical Alberto y una adecuada gestión del agua. A pesar de un invierno seco en 2024, los embalses lograron mantener un almacenamiento que contrasta radicalmente con la crisis de 2023.