Contrario a la creencia popular que indica que en Nuevo León no puede haber sismos, recientemente se ha informado de actividad sísmica en la entidad, tal es el caso de Linares, que tuvo una sacudida de 3.8 en la escala de Richter que fue perceptible para varias personas.
De acuerdo con la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), en los últimos 15 años se han podido detectar más de 500 terremotos, a través de estaciones sismológicas instaladas en la Facultad de Ciencias de la Tierra en Linares y otra más en el Campus Mederos.
En la entidad los sismos más comunes son de 2, 3 o 4 en la escala de Richter, que aunque pueden ser percibidos no tienen la capacidad de generar daños.
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Según los registros de estas estaciones, el sismo más fuerte que se ha tenido en Nuevo León durante la época actual ocurrió en el año 2006 y su magnitud fue de 4.5.
Este no sería el terremoto más fuerte que haya experimentado Nuevo León, ya que hace 183 años, el estado vivió un sismo de magnitud 6.2 en la escala de Richter que sacudió a Monterrey sin mayores afectaciones, pero en el municipio de Galeana, la iglesia sí tuvo afectaciones en su estructura.
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El sismo ocurrido en el año 1841 tuvo como epicentro la localidad de Punta Santa Elena, en los límites de Coahuila y Zacatecas, en donde los daños fueron mayores, pues colapsaron varias casas y haciendas, y al menos seis personas murieron.
Este hecho podría volver a repetirse cuando se cumplan los 200 años, de acuerdo con los análisis realizados por la UANL que establecen un período de retorno.
Es decir, que posiblemente se pueda sentir nuevamente un sismo de 6.2 o mayor escala para el año 2041.
Aunque aún faltan 17 años para que este suceso pueda ocurrir, la realidad es que la actividad sísmica en Nuevo León va en aumento, principalmente en la región citrícola, afectando a los municipios de Los Ramones, General Terán, Montemorelos, China y Linares.