Este 19 de diciembre se celebra el Día Internacional del Emo, una subcultura única que transformó la forma de expresar emociones y que, a pesar del paso del tiempo, sigue viva en cada acorde y en cada mirada nostálgica.
Y lejos de ser una moda, es un estilo de vida que para muchos se mantiene hasta hoy en día.
Muestra de ellos son los eventos Emo Nait que se realizan en Monterrey con la intención de escuchar música del género y convivir con personas de esta comunidad.
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Según un informe de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), esta tribu se describe como una evolución del Post-hardcore de la década de 1980, que es la fuente de sus características y su filosofía central reside en expresar las emociones mediante el dolor.
Con su distintivo cabello cubriendo parte de sus rostros, adornados con cadenas y calaveras, los emos forman parte del vibrante espectro de la diversidad cultural en México. Hace más de una década, dejaron una marcada influencia en la sociedad, cautivando a jóvenes con su singular estilo de vida.
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¿Cómo surgieron los Emos?
La subcultura emo viene de la abreviatura de emocional y tiene sus raíces en la escena musical alternativa de los años 80 y 90, pero su consolidación como una subcultura distintiva ocurrió a principios de los años 2000.
El término "emo" originalmente se derivó del género musical "emotional hardcore" o "emo-core", que era una rama del hardcore punk. A lo largo del tiempo, el género musical se diversificó y se fusionó con otros estilos, y la cultura emo evolucionó para abarcar aspectos más allá de la música, como la moda, la estética y la actitud emocional.
Debido a que los emos se centran en las emociones, surge una inclinación en adolescentes y jóvenes hacia esta subcultura.