El chicharrón de la Ramos se ha ganado un lugar especial en el corazón de los regios. Con su característico crujido y sabor inconfundible, este manjar ha conquistado paladares durante más de medio siglo, convirtiéndose en una verdadera joya de la gastronomía de Monterrey y sus alrededores. Pero, ¿qué lo hace tan único? ¿De qué está hecho el chicharrón de la Ramos que lo distingue del resto?
¿De qué está hecho el chicharrón de la Ramos?
Según la página oficial de la carnicería "La Ramos", este chicharrón se elabora con una mezcla perfecta de ingredientes: puro cachete de cerdo, frito con una sazón balanceada.
A diferencia del chicharrón común, que está hecho a base de piel de cerdo oreada y frita, el de la Ramos destaca por su textura carnosa, jugosa y su punto crujiente justo en el momento perfecto.
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La elección del cachete de cerdo, una parte más carnosa y grasosa del cerdo, es la clave de su textura que, aunque crujiente, tiene una suavidad interna que lo diferencia completamente.
¿Cuándo nació el chicharrón de la Ramos?
El origen del chicharrón de la Ramos data de hace más de 50 años, cuando las famosas tiendas "Carmes Ramos" comenzaron a popularizar este tipo de chicharrón. Con el paso de las décadas, su popularidad ha crecido, convirtiéndolo en un referente obligado para los amantes de la comida regia.
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El secreto de su éxito radica en la combinación de una receta tradicional con una técnica de preparación que ha sido perfeccionada a lo largo de los años.
¿Cómo se prepara el chicharrón de la Ramos?
El chicharrón común se hace a base de la piel de cerdo, que pasa por un proceso de oreado, cocción en manteca y fritura en varias etapas. Este proceso tradicional hace que la piel se expanda y se vuelva crujiente, pero con una textura completamente diferente a la del chicharrón de la Ramos.
En el caso del chicharrón de la Ramos, se utiliza papada de cerdo, que se fríe y se prensa hasta lograr esa textura carnosa y jugosa que hace que este manjar sea irresistible. La receta exacta de su sazón sigue siendo un secreto celosamente guardado, pero lo que es innegable es la diferencia en sabor y textura que le da ese toque especial.
Este chicharrón no es solo un alimento, es un símbolo de la tradición y el sabor regio. En Monterrey, el chicharrón de la Ramos se ha convertido en una referencia para los habitantes de la ciudad y sus alrededores, quienes acuden a las carnicerías especializadas para conseguirlo.