La situación migrante en Nuevo León enfrenta un agravamiento significativo en medio de un contexto marcado por vulnerabilidad, prejuicios y posibles escenarios de deportaciones masivas desde Estados Unidos. Diversas organizaciones civiles, autoridades locales y organismos internacionales han emitido alertas sobre los retos que representa este fenómeno para la sociedad regiomontana a solo semanas de la toma de protesta del presidente electo de EUA, Donald Trump.
Una de las principales preocupaciones es el tema de la violencia. Un ejemplo, fue expuesto por organizaciones de la sociedad civil, quienes denunciaron un alarmante incremento en los ataques sexuales y asaltos contra mujeres migrantes en espacios públicos como el parque La Alameda. María Isabel Muñiz Loera, representante de Zihuakali Casa De Las Mujeres Indígenas, reportó que al menos diez casos de agresiones han sido documentados en lo que va del 2024. Estos hechos han llevado a la implementación de una “Ruta de Identificación, Atención y Canalización de Casos de Víctimas de Violencia por Razones de Género” en colaboración con autoridades estatales y colectivos feministas.
Otro caso más reciente, fue el registrado la tarde de este viernes en la zona centro de la Ciudad, donde un grupo de migrantes que laboraba en un local comercial, agredieron a una mujer con cáncer de mama, lo cual la dejó con algunas lesiones y generó una ola de indignación en redes sociales.
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Percepciones sociales y prejuicios
Ante este tipo de incidentes, un estudio reciente de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) reveló que la percepción pública hacia los migrantes en México sigue cargada de prejuicios y desinformación. Según la encuesta, el 85% de los mexicanos asocia la migración con motivos económicos, mientras que menos del 10% reconoce que la violencia es una causa principal.
Además, el 52% de los encuestados cree que la presencia de migrantes incrementa la delincuencia, y un 41% los percibe como responsables de generar entornos desagradables. Estos estigmas dificultan la inclusión y la integración de personas migrantes y refugiadas en las comunidades receptoras, a pesar de la evidencia que contradice tales ideas.
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Preparativos ante deportaciones masivas
La posible reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos ha encendido las alarmas en Nuevo León. El Ejército Mexicano recientemente convocó a alcaldes metropolitanos y rurales a preparar albergues temporales ante un eventual flujo masivo de deportados. En Monterrey, el alcalde Adrián de la Garza afirmó que la ciudad está evaluando medidas para colaborar con el Gobierno federal y albergar a los afectados.
Por su parte, la Secretaría del Trabajo Estatal destacó la oportunidad de integración laboral para migrantes con miras al Mundial de Fútbol 2026, haciendo énfasis en capacitaciones gratuitas para su incorporación al mercado laboral. Organizaciones como Casa Monarca y la Arquidiócesis de Monterrey también han anunciado su disposición para atender a los migrantes con recursos limitados.
Ante complejidad de la situación migrante en Nuevo León, organizaciones en favor de la protección de las personas indocumentados, señalan que se requiere un enfoque integral que combine acciones humanitarias, educativas y laborales. La denuncia de violencia de género, los prejuicios sociales y la anticipación de deportaciones masivas subrayan la necesidad de una intervención coordinada entre todos los niveles de gobierno, la sociedad civil y las comunidades receptoras.
El reto no solo radica en atender las necesidades inmediatas de los migrantes, sino también en promover un cambio cultural que fomente la empatía, la inclusión y el reconocimiento de la dignidad de quienes llegan en busca de refugio y oportunidades.