Marinela, la icónica marca de pastelitos perteneciente a Grupo Bimbo, ha dejado una huella imborrable en la memoria de los mexicanos a lo largo de sus más de casi 70 años de existencia.
La travesía de esta conocida empresa comenzó en el año 1954 en la planta de Bimbo Santa María, donde se llevaron a cabo las primeras pruebas de producción de pasteles espatulados en sabores naranja, fresa y chocolate. Sin embargo, no fue sino hasta mayo de 1956 que nació primeramente llamada Pabisa, una empresa formada por apenas 14 colaboradores, con el propósito de elaborar y comercializar pasteles y repostería. En sus inicios, los productos no alcanzaron la popularidad esperada, ya que los consumidores preferían pasteles más grandes y decorados.
En un giro estratégico, en 1957, Pabisa se rebautizó como Marinela y lanzó al mercado una innovadora línea de pasteles decorados y pastelitos individuales. Este cambio marcó el inicio de una nueva etapa, inaugurando una pequeña planta y dando vida a productos ofrecidos en tienditas en charolas de cartón, sin envoltura y sobre capacillos rojos. La producción, en ese momento, era casi artesanal y de manejo complicado.
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¿Por qué se llama Marinela?
La marca debe su nombre a un gesto lleno de cariño. En 1957, Lorenzo Servitje, dueño de la marca, decidió cambiar el nombre de Pabisa a Marinela en honor a su hija recién nacida, María Elena Servitje. Este cambio no solo consolidó la identidad de la marca en el comercio de alimentos, sino que también marcó el nacimiento de uno de los pasteles más queridos, el Gansito.
Así nació el “Gansito”:
El desafío radicaba en crear un pastelito individual que pudiera envolverse sin perder su balance de ingredientes y su atractiva presentación. Después de numerosos experimentos, el director técnico, Alfonso Velasco, dio con la fórmula mágica que dio origen a productos emblemáticos como el Gansito.
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El Gansito, desde sus inicios en 1957, ha mantenido sus características distintivas, convirtiéndose en el consentido de los consumidores. En 1972, Marinela inauguró una nueva planta en Azcapotzalco, equipada con tecnología de vanguardia, donde se produjeron otros éxitos de la marca como Chocorroles, Submarinos, Barritas y Polvorones.
Marinela, en su evolución, ha cultivado un vínculo emocional con sus consumidores, destacando con su inconfundible slogan "Recuérdame". Este lema resuena en la infancia de muchos, recordando momentos especiales compartidos alrededor de estos deliciosos productos.
Marinela Servitje: Más allá de los pastelitos, es una mujer de impacto social
Marinela Servitje, conocida como la "reina de los pasteles" por ser parte de la familia detrás de la panificadora más grande del mundo, Grupo Bimbo, ha demostrado que su influencia va más allá de los pasteles. María Elena Servitje, su nombre real, se destaca como una de las 100 mujeres más poderosas de México.
A pesar de su posición privilegiada, Marinela no optó por el camino corporativo típico. En cambio, ha dirigido Sietecolores, una empresa dedicada a crear espacios públicos para la convivencia y el aprendizaje. En una entrevista con Forbes, destacó que la verdadera liderazgo femenino va más allá de aprender a "navegar" en aguas tranquilas.
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Desde joven, Marinela eligió impulsar la educación y apoyar a la juventud mexicana en lugar de seguir una ruta convencional. Su compromiso social se evidencia en proyectos como el parque Bicentenario, que transformó terrenos contaminados en un espacio recreativo.
Colaborando en la construcción de obras como el Trompo Museo Interactivo de Tijuana y el Papalote Museo del Niño Monterrey, Sietecolores ha dejado un impacto significativo. Marinela, quien también dirigió El Papalote desde su apertura en 1993 hasta 2011, ha demostrado su habilidad para recaudar fondos y liderar iniciativas sociales.
Además de su labor con Sietecolores, Marinela ha ocupado roles destacados en instituciones como el Instituto Nacional de Pediatría, la Fundación Walmart y Fundación Televisa. Su contribución a campañas de salud y su liderazgo en el consejo consultivo de UNICEF en México resaltan su dedicación a causas sociales.
La familia Servitje es reconocida como una de las más acaudaladas de México, y su fortuna aumentó significativamente en 2020, según Forbes. Marinela, una figura clave en este éxito, no solo es la "reina de los pasteles" sino también una mujer que ha dejado una huella importante en el ámbito social. Su compromiso con la educación y la creación de espacios públicos demuestra que su influencia va más allá de los negocios familiares.