La muerte de Paolo Sánchez, un adolescente de 14 años que falleció por hipotermia tras perderse en el Iztaccíhuatl, ha encendido una alerta urgente entre la comunidad senderista y de montañismo en México.
Su caso ha puesto sobre la mesa el hecho de que no basta con tener ganas o espíritu aventurero, pues la montaña exige preparación y guía profesional.
Foto: Cuartoscuro
¿Qué pasó con Paolo Sánchez?
Paolo fue visto por última vez el 12 de julio, cuando salió solo desde la colonia Romero de Terreros, en la alcaldía Coyoacán. Ese mismo día habría iniciado su ascenso al Iztaccíhuatl, una de las montañas más altas del país. Cinco días después, la Fiscalía capitalina emitió una Alerta Amber.
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Se sabía que el joven era aficionado al senderismo, pero subió sin acompañamiento, sin casa de campaña, sin bolsa de dormir y sin el equipo adecuado para enfrentar las gélidas condiciones a más de 4 mil 700 metros sobre el nivel del mar. En un video que grabó poco antes de fallecer, se le escucha mencionar que el frío era intenso y no alcanzaría un refugio antes del anochecer.
El 19 de julio, tras un operativo conjunto de autoridades de Ciudad de México, Estado de México, Morelos y cuerpos especializados de rescate como Socorro Alpino, el cuerpo del joven fue localizado en el paraje “Dos Portillos”. Había pasado siete días en condiciones extremas, sin protección térmica.
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Medidas básicas para subir al Iztaccíhuatl
Organizaciones como Rescate Agreste San Rafael reiteraron una serie de medidas mínimas para prevenir casos como el del joven Paolo:
- No subas solo. Siempre ve acompañado por personas con experiencia.
- Planea tu ruta. Estudia el terreno, puntos de descanso y zonas seguras.
- Lleva el equipo adecuado. Ropa térmica, botas, gorro, guantes, mapa, GPS, alimentos y agua.
- Consulta el clima. Cambios repentinos pueden ser mortales.
- Informa a alguien. Deja dicho a dónde vas, con quién y a qué hora planeas volver.
- Aprende de expertos. Toma cursos básicos de orientación y primeros auxilios.
Subir al Iztaccíhuatl no es un paseo
El Iztaccíhuatl es una montaña hermosa, pero también desafiante. A más de 4 mil metros de altitud, la falta de oxígeno, el clima extremo y el terreno inestable pueden ser letales. El caso de Paolo Sánchez nos recuerda que siempre deben tomarse en cuenta las medidas mínimas de seguridad para este tipo de actividades.
Con información de Quadratín.