El asesinato del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, ocurrido la noche del sábado 1 de noviembre, reveló el nivel de riesgo que enfrentaba el político.
Meses antes de ser atacado, el alcalde había lanzado un llamado de auxilio a las autoridades federales, incluyendo a la presidenta Claudia Sheinbaum y al secretario de Seguridad, Omar García Harfuch. Manzo expresó explícitamente su temor a convertirse en otra víctima de la violencia en Michoacán.
La advertencia de Carlos Manzo
La preocupación por su seguridad y la de sus ciudadanos fue una constante en la gestión de Manzo. En una entrevista, el alcalde denunció la situación de inseguridad que se vive en Michoacán y el alto costo de la violencia para los funcionarios municipales.
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El llamado del presidente municipal fue contundente: “No quiero ser un presidente municipal más de la lista de los ejecutados que les han arrebatado la vida, no quiero que la Policía municipal siga siendo de la estadística, ni los ciudadanos de trabajo honestos y honrados que son víctimas de este cáncer social”.
La petición de no retirar a la Guardia Nacional
Apenas el pasado 8 de octubre, el alcalde había publicado un comunicado en Facebook solicitando a la presidenta Claudia Sheinbaum y al secretario Omar García Harfuch que no retiraran los elementos de la Guardia Nacional que habían llegado a Uruapan para reforzar la seguridad.
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Carlos Manzo argumentó que la decisión de retirar a los más de 200 elementos “deja a Uruapan en estado vulnerable ante las actividades ilícitas del crimen organizado”. Además, este llamado pedía al Gobierno Federal “no dejar solo a Uruapan”.
Detenciones tras el homicidio
El asesinato del alcalde ocurrió alrededor de las 20:10 horas, tras un evento público por el Festival de las Velas. El Fiscal General de Michoacán, Carlos Torres Piña, confirmó que, en respuesta al ataque, fue abatido uno de los agresores y se logró la detención de dos personas más que “probablemente participaron en los hechos”.
La Fiscalía de Homicidios y el área de Peritos se trasladaron a Uruapan para agilizar las indagaciones y esclarecer el crimen del asesinato de Carlos Manzo.