CRIMEN ORGANIZADO

‘Carlos Manzo se confió’; su muerte, un reflejo del nuevo terror del crimen organizado

De acuerdo con el periodista Óscar Balderas, el asesinato de líderes busca silenciar voces y sembrar el terror.

La confianza excesiva puede ser un riesgo fatal en zonas de conflicto.
La confianza excesiva puede ser un riesgo fatal en zonas de conflicto.Créditos: EFE
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El asesinato del ex alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, ha puesto de manifiesto una alarmante evolución en las tácticas del crimen organizado en México. Óscar Balderas, periodista especializado en seguridad, desglosa los factores que contribuyeron a este lamentable suceso, revelando una estrategia de terror que busca paralizar a la sociedad y a sus líderes.

De acuerdo con el periodista, destacan tres pilares que anunciaban esta tragedia, y puntualizó que la muerte de Carlos Manzo no fue resultado de una única falla, sino de una confluencia de circunstancias que reflejan la sofisticación y brutalidad del crimen organizado actual.


Los tres puntos clave del asesinato de Carlos Manzo

  1. La emergencia de los "sicarios kamikazes".

    Balderas destacó la creciente utilización de "sicarios kamikazes o sicarios suicidas" por parte del crimen organizado. Estos pistoleros, conscientes de que su misión probablemente les costará la vida, aceptan el riesgo a cambio de "la promesa falsa de que el crimen organizado se va a hacer cargo de sus familias". Esta táctica, ya observada en Guerrero y en el asesinato del candidato a alcalde de Coyoacán de Benítez, demuestra un cambio en los modos de ataque, donde la vida del sicario es un costo asumible para lograr el objetivo.

  2. La deficiencia en la profesionalización de escoltas: un riesgo latente.

    El segundo factor crucial es la falta de "profesionalización de los escoltas". Balderas señaló que la política de austeridad ha impedido la apertura de nuevas plazas en el Servicio de Protección Federal, el órgano más adecuado para la guardia y custodia de personas de alto perfil. En su lugar, se recurre a "policías municipales o a guardia nacional, que, si bien tienen algún concepto de la seguridad pública, no están especializados en cuidado de una persona en particular". La cantidad de elementos no compensa la calidad de la capacitación, lo que deja vulnerables a los protegidos.

  3. El "descuido de Carlos Manzo": la confianza como Talón de Aquiles.

    Finalmente, Balderas sugiere que el propio Carlos Manzo "se confió". La festividad del Día de Muertos en Uruapan, tradicionalmente un espacio de "paz", pudo haber generado una falsa sensación de seguridad. "Esta tregua que tradicionalmente se ha hecho pudo haber hecho que Carlos Manzo, que el alcalde, bajara un poco la guardia, se sintiera protegido", explicó. Este "descuido de tu titular", como lo llaman los guardaespaldas, se convierte en una ventana de oportunidad para los grupos criminales, especialmente aquellos ligados al Cártel Jalisco Nueva Generación, que actuaron anticipándose a esta relajación.

La muerte de Carlos Manzo y el impacto en la sociedad

La muerte de Carlos Manzo, y otros crímenes de alto impacto, tienen un objetivo claro: infundir miedo y paralizar la acción. Balderas explicó que el crimen organizado ha dejado de cometer masacres indiscriminadas, optando por "el asesinato de personas que, debido a su relevancia social valen lo que valdría un barrio, un gremio, una colonia".

Asesinar a un líder activista, a un líder limonero o a un alcalde valiente como Carlos Manzo, busca "apagar toda una generación de políticos jóvenes que tal vez estaban inspirados en él". El mensaje es claro: "matas a uno, pero matas simbólicamente una multitud".

La tragedia de Carlos Manzo es un llamado de atención urgente sobre la evolución del crimen organizado en México. La combinación de sicarios kamikazes, la falta de escoltas especializados y la confianza de las víctimas crea un escenario de vulnerabilidad.