La organización internacional Médicos Sin Fronteras ha intentado en varias ocasiones movilizar ayuda humanitaria a municipios afectados por las lluvias en Hidalgo, sin embargo, las condiciones climáticas han impedido realizar vuelos y las condiciones carreteras no permiten el ingreso por tierra.
A pesar de ello, desde el pasado lunes 13 de octubre dos equipos: uno en el municipio de Huehuetla y otro en el Hangar de Salud del Aeropuerto Nacional Ingeniero Juan Guillermo Villasana, en Pachuca, uno de los cuatro centros habilitados para la recepción de donaciones y enseres destinados a la población afectada, han realizado tareas de evaluación de necesidades en coordinación con las autoridades y consultas médicas.
A lo largo del fin de semana, se intentó realizar una expedición aérea con medicamentos, equipo médico y artículos de limpieza e higiene personal. Sin embargo, la entrega fue pospuesta desde el sábado 18 de octubre debido a intensa neblina y lluvia, lo que ha impedido el aterrizaje.
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El acceso terrestre a los municipios de Tenango, San Bartolo Tutotepec y Huehuetla está gravemente afectado. Huehuetla, el más alejado en la sierra, presenta los mayores desafíos logísticos: el alcance a suministros básicos, líneas de abastecimiento y acceso a la salud está severamente limitado e incomunicado de otras poblaciones cercanas.
La intervención de MSF se enfocará en comunidades fuera de las cabeceras municipales, donde actualmente se concentra la mayor parte de la ayuda. Existen poblaciones que, aunque no han sido directamente afectadas por los deslaves, permanecen en situación de riesgo debido a la interrupción de caminos, el colapso de vías de acceso y la falta de electricidad y conectividad, dijo Albert Stern, Jefe de Misión de MSF México y Centroamérica.
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Las lluvias intensas del 9 y 10 de octubre provocaron inundaciones y deslaves que interrumpieron servicios básicos como atención médica, electricidad, transporte y comunicaciones. En Huehuetla, el centro de salud principal opera con dificultades, mientras que los puestos rurales enfrentan serias limitaciones. La ruptura de la cadena de frío ha comprometido el almacenamiento de medicamentos y vacunas, y la presencia de agua estancada, restos orgánicos y condiciones insalubres incrementa el riesgo de brotes epidémicos, concluyó la organización.
